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El Architecktur Forum de Zúrich acoge una exposición sobre jóvenes arquitectos barceloneses

Anatxu Zabalbeascoa

El Architecktur Forum de Zúrich acoge en su sede de la ciudad suiza una exposición sobre jóvenes arquitectos barceloneses. Buena parte de los profesionales incluidos en ella suplen su escasez de proyectos con una abundancia de ideas. Su vehemente dedicación a la arquitectura parece, en ocasiones, más ilusoria que real. A ese entusiasmo obedecen posiblemente muchas de las propuestas que un arquitecto con experiencia no se molestaría en formular, comentar ni, por supuesto, desarrollar. "Impulsada por una época de recesión económica y saturación arquitectónica, de cambios insidiosos en las condiciones políticas y urbanísticas, esta generación, que tal vez no sea necesaria, pide la palabra", se anuncia en el texto de presentación. Gran parte de los arquitectos barceloneses que exponen en Zúrich se dedican a la docencia, montan exposiciones, concursos y hasta festivales, se definen como cercanos al ámbito multimedia y tienen alguna vinculación con el mundo editorial. No sorprenderá, pues, que la mayoría de sus proyectos sean conceptuales. En la presentación de la exposición, los comisarios Cristina Mari y Warner Durrer señalan que los arquitectos seleccionados no comparten un estilo común ni unos proyectos afines. Su procedencia y formación, durante la Barcelona del boom olímpico, es el único nexo de unión entre unos arquitectos que entienden "la vertiente comercial de las exposiciones, lo que significa hacer currículo y presentarse en sociedad, como una oportunidad excelente para una generación que lo tiene difícil para abrirse camino", señalan. Los comisarios destacan también en los proyectistas elegidos que "la ilusión por experimentar aún supera al miedo a equivocarse". Desde las páginas electrónicas de la revista WAM (Web Architecture Magazine), en torno a las publicaciones de la editorial Actar o a través de la revista Quaderns, muchos de estos arquitectos intentan hacer oír su voz. Los jóvenes arquitectos proponen desde recuperar espacios supuestamente inhábiles para hacer ciudad, como las viejas industrias, hasta colonizar terrenos imposibles, como islas artificiales. Mezclan zonas de dormir y estar desarrollando programas en los que uno puede ducharse en la cocina o contemplar una vista panorámica desde el retrete. Las posibilidades son inmensas y la imaginación ha probado ser desbordante, pero las concreciones son todavía escasas. Si bien es cierto que el miedo paraliza -"si se tiene miedo no se actúa. Si tenemos miedo no construimos", escribe Federico Soriano en uno de los textos del catálogo-, también lo es que a la visión imaginativa de la arquitectura, que se ofrece en los proyectos teóricos de Guallart y Gausa, por ejemplo, se opone la mirada más certera, esencialista y recuperadora de valores seguros que muestran los trabajos de Jubert-Santacana y Domingo-Ferré, arquitectos, también incluidos en la exposición, que cuentan con más proyectos construidos que teóricos. Tras su paso por Zúrich, la exposición se presentará en la Stadeslschule de Francfort, el Architecktur Forum de Berna, la Royal Danish Academy of Fine Arts de Copenhague y, en noviembre de 1999, la galería RAS de Barcelona.

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