Pascual Hermanos da por cerrada la crisis y confirma su recuperación
La firma hortofrutícola Pascual Hermanos, controlada al 91% por Dole Europe, da por cerrada la crisis que dasató el año pasado con la aprobación de un plan estratégico que conllevaba el cierre de dos plantas de producción, un expediente de regulación de empleo, así como una completa reestructuración de la compañía. El presidente de Pascual, William Feeney, aseguró ayer tras la junta general de la entidad, que se celebró en Carcaixent, sede social de la empresa, que la reestructuración de la compañía "esta dando sus frutos", y destacó la mejora de resultados del último ejercicio, así como la mejora de la posición de la firma en el mercado, con un aumento de la facturación del 40%. Feeney destacó el hecho de que en el primer trimestre de este año Pascual haya logrado unos beneficios netos de 224 millones de pesetas. El director de la compañía, Peter Schreibvogel, afirmó que 1998 fue "un año de grandes cambios en todas las áreas de la firma", y señaló que tras el expediente de regulación de Almenara y el plan de inversiones valorado en 3.000 millones de pesetas, "no se producirá ningún otro gran proceso de reestructuración". Schreibvogel destacó que los cambios en el grupo Pascual han permitido a la firma disponer de unos 1.000 millones de pesetas, fruto de la política de desinversiones realizada. En concreto, la compañía se ha desprendido básicamente de su participación en Kiwi de Galicia, de la filial Pascual Belgique y ha cerrado su oficina en Praga (República Checa). El director añadió que aún quedan tres activos que podrían vender y que generarían unos 250 millones: una finca de brócoli en Castellón, un solar en La Vall d"Uixó y un almacén de brócoli en Pego. Todas estas propiedades no han producido desde hace unos ocho años. Sin movimientos en el capital Estas desinversiones, los créditos bancarios y de la empresa matriz Dole y los ingresos por el negocio típico de la firma son las vías de financiación que utiliza Pascual Hermanos, con lo que descarta cualquier ampliación de capital. De hecho, el presidente de la compañía aseguró que la composición accionarial de Pascual Hermanos "no es tema de discusión en estos momentos". Con todo, Feeney dejó caer que Dole vería con buenos ojos reducir su 91%, aunque añadió que éste no es un buen momento, dado que las acciones de la firma están muy bajas, más aún después de la inyección de 3.000 millones en su modernización. La previsión para el presente ejercicio es facturar 10.500 millones y obtener unos beneficios netos de 300 millones. Respecto a la política comercial, Schreibvogel dijo que seguirán centrándose en las grandes superficies, en los productos con mayor salida, retirando aquellos que no tengan aceptación en el mercado. Respecto a la continuidad de la marca Pascual el presidente de la compañía insistió en que los productos se distribuyen con las tres marcas que tienen -Dole, Pascual y Kiko- dependiendo de lo que pide el comprador.
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