Languidez
Mi ciudad languidece, agoniza en el túnel de la ineptitud, la torpeza y la inutilidad del Ayuntamiento que preside un incompetente político. Mi ciudad es, más que nunca, la ciudad de la recalificación y la especulación, de la obra innecesaria y de la que nunca llega; la ciudad de los cabizbajos: mirar al sol puede hacerte caer a una zanja o pisar una mierda. Es aquí donde se elimina la separación del carril-bus por peligrosa, pero instalan medianas; desterramos las ruidosas bicis, pero ordenamos carril-moto en la acera. La veda del peatón sigue abierta.
Mi ciudad es impaseable, la de la fila india: las aceras son un inmenso aparcamiento o taller sin más derecho o seguridad que el que cada uno se proporcione. Curiosa ciudad, que pone más interés en entorpecer el suicidio que en evitar que una cornisa te mate; se trata mejor a los perros que a los vagabundos, a los que diseñamos bancos para que no se tumben.
El alcalde se dice amigo de la libertad, pero miles de cámaras vigilan mi ciudad y a mí, y los bares son registrados. En un barrio volamos un hospital para hacerlo nuevo; en otro, que se jodan. La ausencia de ideas y la falta de cariño por lo que se hace han dejado su huella en mi ciudad. Atentando contra su patrimonio y despojándola de su carácter. Diseminado sin rigor su gusto chabacano. Impregnando con su talante el desarrollo ético y estético de mi ciudad.
La filosofía del Ayuntamiento ha calado profundo en buena parte de los ciudadanos. La pereza, apatía o dejadez de funciones han sido su santo y seña, y ventilar ese hedor de incivismo y falta de respeto al prójimo, que negligentemente se ha fomentado con un obsceno silencio administrativo, costará mucho más tiempo y esfuerzo que el necesario para su propagración.
Son parte de los problemas de elegir a políticos de medio pelo para cargos que superan sus dotes, aunque no su ambición. En toda comunidad hay personas sensibles a los temas ciudadanos, con vocación de servicio público y aptitudes. Sin duda, no es éste el extracto político del que procede el alcalde.- .
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