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El fiscal pide 19 años de cárcel para el supuesto homicida de un taxista

El fiscal solicitó ayer 19 años de prisión para Rufino José Sipoto por matar de una puñalada en el cuello a un taxista durante un robo en Madrid. Los hechos ocurrieron el 7 de marzo de 1998 en la calle del Caballero de Gracia, en el distrito Centro. La vista oral seguida por este caso en la Audiencia Provincial de Madrid concluyó ayer. El fiscal mantuvo su petición inicial de 17 años de prisión por un delito de asesinato y dos por otro de intento de robo con violencia, aunque planteó al jurado la alternativa de un delito de homicidio, por el que solicitó 15 años de cárcel junto con los dos años por el citado de robo.

El letrado de la acusación particular, que representa a la viuda del fallecido, solicitó por un delito de asesinato y otro de robo 22 años de prisión. La defensa pidió la absolución ya que sostiene que Rufino (conocido por haber sido en 1988 el primer niño negro en cantar la lotería) actuó en legítima defensa y que fue el taxista quien esgrimió el cuchillo con el que se produjo la muerte.

El representante del ministerio público destacó la "enorme fuerza del acusado, pues es culturista" y sostuvo que "Rufino miente descabelladamente desde el comienzo del juicio". "El acusado apuñaló a Amador en el taxi tras sacar una navaja que llevaba en el pantalón y ponerla en el cuello de la víctima, a quien se la clavó con fuerza ante la resistencia del taxista", dijo el fiscal.

El abogado de la acusación particular señaló que Rufino se ha limitado durante el juicio oral "a verter una cascada de mentiras que no coinciden con los testimonios de los testigos".

El letrado de la defensa solicitó la absolución de su defendido, tras manifestar que la muerte del taxista "es un accidente desgraciado de la vida" y que su defendido no robó nada. Relató que el procesado no clavó la navaja al taxista, sino que hubo un forcejeo en el interior del vehículo y que el acusado, al ver el cuchillo que portaba Amador, se sintió intimidado y le sujetó la muñeca.

También explicó que el acusado golpeó al taxista con la otra mano y que, de forma fortuita, Amador se clavó el cuchillo en el cuello, produciéndose la herida que seccionó las arterias. Al concluir el juicio, el acusado declaró: "Sólo pido que me dejen luchar por mi libertad y pido perdón a la justicia, a Amador, a Dios y a nadie más. El homicidio no es algo de lo que me sienta orgulloso y aunque un compañero de la cárcel muera diariamente, no puedo olvidar la cara de Amador muerto y la sensación paralizante de no poder hacer nada".

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En la sesión de ayer comparecieron cuatro forenses, que señalaron que la herida de la víctima tenía cuatro centímetros de profundidad y que había sido "causada por una fuerte presión".

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