El Tour castiga al ONCE con la exclusión de Saiz y del médico del equipo
El director deportivo del ONCE, Manolo Saiz, y el médico del mismo equipo, Nicolás Terrados, han sido excluidos de la próxima edición del Tour de Francia que se inicia el 3 de julio próximo en Puy du Fou. La dirección de la más prestigiosa carrera ciclista ha descartado igualmente a los corredores franceses Richard Virenque (Polti), Laurent Roux (Casino) y Philippe Gaumont (Cofidis), así como al conjunto de la formación holandesa TVM. Según la dirección del Tour, todos ellos "atentan contra la imagen y la reputación" de una prueba que este año pretende "renacer del cataclismo".
Además del ONCE-Deutsche Bank, el Tour ha incluido en el listado de equipos participantes, 20 en total, a las también formaciones españolas, Banesto, Kelme-Costa Blanca y Vitalicio Seguros. El resto de participantes son: Casino, Cofidis, Festina, Crédit Agricole, La Francaise des Jeux y Big Mat (FranciaI, Rabobank (Holanda), Telekom (Alemania), Mercatone Uno, Mapei, Polti, Saeco, Vini Caldirola y Lampre (Italia), Lotto (Bélgica) y US Postal (Estados Unidos). Quedan como reservas el Cantina Tollo (Italia), Home Jack and Jones (Dinamarca) y Mobolvetta (Italia). Aunque el criterio de exclusión se inspira en los procesos judiciales abiertos por dopaje, los organizadores del Tour han tenido en cuenta igualmente el protagonismo de los implicados y la actitud de rechazo a los controles médicos y a la misma carrera ciclista francesa. En el caso de Manolo Saiz, la dirección del Tour ha considerado "las insultantes declaraciones" pronunciadas por el director español contra la prueba francesa, así como su "inaceptable actitud de provocar el brutal abandono de su equipo" durante la pasada edición de 1998. Manolo Saiz llegó a manifestarse ofensivamente contra el Tour cuando, por ejemplo, manifestó tras la retirada del equipo: "Le hemos metido un dedo en el culo al Tour".
En cuanto al médico Nicolás Terrados, el director del Tour, Jean-Marie Leblanc, se limitó a indicar que el doctor de la Once "no es bienvenido" a esta edición "porque su imagen resulta incompatible con la del Tour". El médico español fue detenido durante la carrera del año pasado y figura como imputado en el sumario del caso Festina, si bien se levantó la prohibición para ejercer como médico del equipo ONCE.
La misma coletilla fue utilizada ayer profusamente en la conferencia de prensa para justificar las exclusiones de los corredores puestos bajo sospecha. El director del Tour fue más duro al referirse a su compatriota Richard Virenque. "Desde julio pasado", dijo, "Richard Virenque cristaliza sobre su nombre y su imagen el fenómeno del dopaje". Se diga lo que se diga, el Tour no ha sucumbido a las intensas presiones que venían ejerciéndose últimamente para "empezar desde cero" e indultar al más popular de los ciclistas franceses. Los organizadores del Tour se reservan el derecho de exclusión ante la posibilidad de que ciclistas como Marco Pantani, Pascal Hervé u otros acusados de dopaje pretendan, a última hora, participar en la carrera. En el caso de Pantani, Leblanc fue bastante impreciso al afirmar que, en el supuesto de que el corredor italiano decidiera participar en el último momento, "su caso sería examinado".
La decisión, inevitablemente polémica -en la medida en que no alcanza a otros muchos corredores y directivos sospechosos de practicar el dopaje, y carece de asiento judicial, puesto que ninguno de los procesos ha sido cerrado-, fue comunicada a las once de la mañana, en un multitudinario acto de prensa que, dadas las circunstancias, sustituyó al comunicado habitual con el que se da a conocer anualmente la lista de equipos seleccionados. Tanto Jean-Marie Lebranc como el presidente de la Sociedad del Tour de Francia, Jean-Claude Killy, se adelantaron a las críticas de arbitrariedad indicando que los organizadores invitan finalmente "a los que quieren" y subrayando que los criterios estrictamente deportivos han sido relegados por los de moralidad deportiva, para posibilitar que el ciclismo haga su "renovación" y conserve el "tesoro" de la popularidad. El director del Tour habló de "transparencia" e "igualdad", de "confianza" y "vigilancia" y dijo que el respeto obligado a los corredores debe ser correspondido por ellos con "el respeto a la ley y a las instituciones del país". A propósito de la vigilancia, anunció que los 180 ciclistas que participarán en esta 86ª edición serán sometidos el mismo día del prólogo a los controles sanguíneos de la UCI (Unión Ciclista Internacional) y, posteriormente, a otros que serán llevados a cabo de manera inopinada. Los corredores franceses estarán además sujetos a los controles "longitudinales".
Según Jean-Claude Killy, la sociedad del Tour llegó a plantearse seriamente la posibilidad de suspender la carrera por un año, a la vista de la traumática edición de 1998. Esa eventualidad, jamás prevista por el general De Gaulle -suya es la frase "hace falta una guerra para parar el Tour"- fue descartada "porque habría sido dimitir del problema, penalizar a los corredores que respetan las reglas y a todos los millones de aficionados que siguen la carrera desde más de 60 países". La ministra de Juventud y Deportes, Marie-Georges Buffet, fue informada de la selección hecha por la organización del Tour apenas unos minutos antes de que se iniciara la conferencia de prensa. El posterior silencio oficial invita a pensar que la organización del Tour no ha ido todo lo lejos que pretendía el Gobierno.
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