Llaves
DE PASADASi sorprendentes son las metamorfosis que experimentan los políticos durante una campaña electoral las posteriores rozan la extravagancia. Jesús Valenzuela, el concejal del Partido Andalucista decisivo para el nombramiento del futuro alcalde de Granada, se ha convertido en una llave. Una más del inmenso llavero en que se ha transformado Andalucía después del domingo. Lo proclaman los diarios unánimemente: "Valenzuela es la llave" o "Zutano tiene la llave". ¿Qué tipo de llave es el amigo Valenzuela? ¿Inglesa? No señor, a lo sumo llave andaluza o, si me apura, el llavín de Alquife, que es el pueblo natal del susodicho y que suena a nombre artístico de banderillero. Un servidor telefoneó el lunes a Valenzuela y no notó ningún indicio metálico ni le oyó pronunciar alguna frase que sugiriera su repentina vocación por la cerrajería. Es más, creo que no tiene aspiraciones de llave y si se ha convertido en llave no es por su culpa, sino por la pobreza retórica de los periodistas que se han agarrado a la metáfora de la llave con una unanimidad preocupante. No es Valenzuela la única llave. En realidad hay personas llave por doquier, en concreto en 52 municipios. Esta patología, sin embargo, es pasajera. Bastará con que abran la puerta para convertirse en otra cosa. Otra de las metamorfosis más esperadas después de las elecciones no se ha cumplido. Manuel Pezzi, consejero de Educación, prometió que si Gabriel Díaz Berbel perdía la mayoría absoluta esa misma madrugada se arrojaría a la granadina Fuente de las Batallas, es decir, adquiriría voluntariamente la condición anfibia. Pero Pezzi incumplió la promesa. Un servidor está dispuesto a pedir explicaciones al consejero en el Buzón de Pezzi, el consultorio que publica este periódico en sus páginas de educación. Pezzí, en compañía del delegado del Gobierno de la Junta en Granada, Jesús Quero, quiso a las dos de la madrugada del lunes cambiar la promesa de la zambullida por introducir la cabeza en una cubitera, pero tampoco cumplió. ¿Por qué razón se quiso arrojar Pezzi a la fuente? Por despecho. Berbel, unos días antes, amenazó con tirarlo al agua. Además, en un sorprendente ejercicio de anticipación, lo llamó "enano de mierda". Hagamos justicia: Fue Berbel, y no Felipe González, quien introdujo el vocablo en la campaña electoral. Al César lo que es del César. De nada. ALEJANDRO V. GARCÍA
