Falsas conclusiones

El principal resultado de las elecciones al Parlamento Europeo realizadas en el Reino Unido es el índice de participación del 23%. Una cifra deprimente, que desluce las alabanzas hacia Tony Blair. La táctica laborista de basar la campaña en el liderazgo del primer ministro ha fracasada También demuestra la escasa importancia que posee el "índice más alto de popularidad en la historia". Sin embargo, existen dos mitos sobre la elevada abstención que deben ser eliminados de raíz. El primero es que refleja una ola de hostilidad hacia Europa o contraria al euro que recorre toda la nación y vuelve irrealizable la incorporación a la moneda única. Los enemigos de la participación en la Unión Europea tenían una amplia variedad de formaciones para votar: el Partido Nacional Británico, el Partido de la independencia del Reino Unido, el Partido Socialista del Trabajo, así como el Partido Conservador. Los datos sugieren que los que rechazan Europa tenían una mayor intención dé voto la pasada semana.

Un segundo mito consiste en que las elecciones significaron un rechazo al nuevo sistema de representación proporcional. Desde luego, los votantes no acudieron en masa, felices porque el nuevo sistema confiere mayor valor a su papeleta. Pero tampoco permanecieron en sus hogares debido a que el método de listas cerradas implica una sofisticación injustificable. La explicación más probable es que la enorme abstención se debe a la apatía. Un mensaje poco satisfactorio para la democracia, aunque demuestra también un alto grado de satisfacción. (...) .

14 dé junio