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IC-V sobrevive a la escisión anguitista pese a una grave hemorragia de votos

Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V) ha sobrevivido a la ola socialista y a la escisión anguitista de Esquerra Unida i Alternativa (EUiA) y ha conseguido mantenerse a flote. Sus resultados en las elecciones municipales han sido malos, ya que ha perdido 196.000 votos en toda Cataluña, según el recuento definitivo. La hemorragia es parecida a la registrada por Convergència i Unió (CiU). Pero, en el caso de IC-V, lo esencial era constatar si había vida más allá de las crisis internas y de la ruptura con Izquierda Unida y Julio Anguita. Hay vida. El partido ecosocialista puede afrontar la campaña de las autonómicas con el objetivo de convertirse en un aliado imprescindible para Pasqual Maragall, el candidato socialista a la presidencia. IC-V estará presente en el Ayuntamiento de Barcelona con dos regidores. Su situación es más compleja en el cinturón barcelonés. EUiA ha recogido pocos votos (57.000 en toda Cataluña), pero una porción apreciable de los votantes de izquierda ha preferido ir sobre seguro y apoyar al candidato socialista, y otra porción se ha abstenido. En conjunto, las posiciones municipales de IC-V quedan debilitadas. Sirven como ejemplos los de Sabadell, donde la retirada de Antoni Farrés ha permitido una apretadísima victoria del Partit dels Socialistes (PSC), y Molins de Rei, donde la candidatura Iniciativa i Esquerra ha perdido la mayoría absoluta y ha asistido a un notable fortalecimiento socialista. El presidente de IC-V, Rafael Ribó, consideró ayer que muchos de los votantes tradicionales de su coalición estaban decepcionados por las escisiones y habían hecho notar su desánimo absteniéndose a votar. Y situó entre un 10 y un 15% el porcentaje de votos que se habían dirigido a la candidatura anguitista. Pero subrayó que lo peor había pasado y que se había conseguido lo esencial: "Hace sólo medio año se decía que desaparecíamos". IC-V se lanzará a la campaña de las autonómicas consciente de que sus diputados pueden ser vitales para acabar con dos décadas de dominio convergente en la Generalitat. "Yo creo que a ningún observador se le escapa que el electorado está maduro para el cambio, aunque hace falta movilizarlo, hacen falta propuestas animadoras y una afirmación de los ayuntamientos de izquierda", comentó Ribó, quien añadió, sin embargo, que no quería especular sobre futuras estrategias: "De momento, no quiero enredarme en alianzas para las autonómicas", afirmó. Una catástrofe como la sufrida por los anguitistas habría arrojado a IC-V a los brazos del PSC. Pero la coalición de Ribó puede poner condiciones a la colaboración con Maragall. Los lazos estarán ya establecidos en muchos ayuntamientos, especialmente en Barcelona, donde Imma Mayol ha expresado su propósito de mantener la "mayoría de progreso" junto al alcalde Joan Clos.

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