La bicicleta que anda sola

El más difícil todavía. Pasen y vean. Sede del PSOE. Calle de Ferraz, 70. 28008 Madrid. 13 de junio. Primer pase: diez de la noche. Se representa: La bicicleta que anda sola. Sin ciclista -se apeó a mitad de camino-. Sin equipo -las primarias lo dejaron maltrecho-. Con una rueda pinchada por sus errores pasados y la otra desinflada tras tres años al rebufo del PP. Sin ninguna de repuesto, que se sepa. Y la bicicleta que anda sola -diez y media de la noche, pasen y vean, el más difícil todavía- está a punto de vencer en la meta. Sólo con el apoyo del público. Habrá que esperar la foto-finish. Se escucha un olé seco en la planta baja. La de los militantes. La del público que alentó, al relente, desde la cuneta, la difícil hazaña de la bicicleta sola. Han venido de Vallecas, de Usera, también de Chamberí. De los barrios más castizos de Madrid. Esta noche han cerrado los bares de las casas del pueblo y están todos aquí, vestidos para la ocasión. Ellas, como Rosario Martín, simpatizante desde los tiempos difíciles, con una rosa que se acaba de comprar -40 duros- en la puerta de la sede. Se sincera: "Sin mucha esperanza, ¿sabe?; hemos venido más que nada a estar con los compañeros, barruntándonos lo peor, que no está el horno para bollos después de lo de Borrell". Ellos, Julián Rodríguez, 70 años, con la emoción que siempre le producen las noches de los resultados: "Uy, si ganáramos... Con lo negro que lo vi cuando se fue Borrell".

Lo de Borrell

Lo de Borrell... Es de lo que habla todo el mundo. Todo el mundo, se entiende, de la infantería del partido. Que los de caballería -Cipriá Ciscar, Alfredo Pérez Rubalcaba- están en la cuarta planta esperando un resultado más firme sobre el que apuntalar sus opiniones. ¿Habrá venido Felipe? Nadie lo sabe. Si está, habrá llegado por el garaje y estará en la cuarta planta. "Luego bajarán", desea Rosario. "Si los resultados son buenos", tercia Julián, más escéptico. La edad, quizá. Un cuarto de hora para las once de la noche. Hay quien cree que la foto-finish demostrará, antes de la medianoche, que la bicicleta que anda sola ha llegado primera. Los incondicionales disfrutan. Rosas rojas. Junto al control de seguridad, una foto en blanco y negro de Pablo Iglesias y otra en color de Ramón Rubial. Camareros que reparten tortilla de patatas y canapés de salmón. Cerveza, refrescos. Ninguna cara conocida en la planta baja. ¿Habrá venido Felipe? A ver si baja.

La televisión está encendida. También la ilusión de los militantes. Por entre los periodistas, vocea un portavoz del partido: "Se retrasa la rueda de prensa, unos quince minutos". Hay veces que no se está preparado para la derrota. Otras, que no se tienen argumentos para la victoria. "Uy, si ganáramos", vuelve a suspirar Rosario. Uy, si esta bicicleta tuviera ciclista.