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Entrevista:

"Madrid y Barça deben estar igualados"

"Después de cinco años sin una Liga, eso quiere decir que no sólo nos ha superado el Barcelona, sino también otros"

Luis Gómez

A primera vista, Sergio Scariolo parece un compendio de virtudes. Es joven (nació en Brescia, Italia, hace 38 años), es licenciado en Derecho, es serio, es educado, es políglota (se expresa mejor en castellano que algunos nacionales), es exigente en su trabajo, dispone de un buen currículo profesional (ganó una Liga en Italia, llevó al TAU Vitoria a su primera final de Liga y ha ganado este año la Copa del Rey) y le gustan el orden, la disciplina, la buena organización y el éxito. Además, viste bien y tiene gran predicamento entre las mujeres. Al segundo vistazo, se puede comprobar que todo lo dicho anteriormente es cierto. Al tercer vistazo, aparece la envidia: vamos a ver si no se le descompone la figura al mando del Real Madrid de baloncesto, un equipo letal para los entrenadores de un tiempo a esta parte. El Real Madrid no ha conseguido un título de Liga en los últimos cinco años. Para romper la tendencia, el club ha decidido, por primera vez en su historia, pagar un traspaso por un entrenador. Ese hombre es Sergio Scariolo.

Pregunta. ¿Su contrato cuenta con alguna cláusula especial?

Respuesta. Es un contrato normalísimo entre club y entrenador. No hay cláusulas especiales. Otra cosa es que cuando se habló de la posibilidad de hacerme cargo del equipo explicara mi versión sobre la base organizativa que debe tener un equipo para que rinda a un alto nivel. Se han publicado muchas chorradas sobre este asunto. Si Lorenzo Sanz (hijo) consideraba que hacía falta ciertos cambios en la estructura, por algo será. Yo lo único que puedo poner es mi experiencia y mis consejos.

P. ¿No le ha sorprendido que un club grande como el Madrid tenga una de las canchas más pequeñas de la Liga ACB?

R. El problema no es la cancha, es el público. El problema es capturar público y poder llenar siempre o casi siempre la cancha. Ese ya sería un excelente primer paso. Pero el problema no es nuevo, Madrid, como otras grandes ciudades, tiene ese problema: hay más dificultades para traer público porque hay una gran oferta de espectáculos, entre el fútbol, el baloncesto, la música, la ópera, hay una gran competencia.

P. ¿Es usted consciente de que ha fichado por un club que, fundamentalmente, es un club de fútbol?

R. Sí, pero esto a mí no me afecta. No llego con el complejo del hijo menor. Sería un estúpido si no supiese lo que envuelve el fútbol y creo que es una posición equivocada pensar que los clubes de fútbol deben dar al baloncesto el mismo tipo de dedicación. Eso es una tontería. Si alguien tuviese esa expectativa llegaría a una frustración completa. La cuestión es que la sección se lleve dignamente y que responda a un alto nivel. Lo otro está fuera de lugar.

P. Pero sí debe de ser consciente de que todo lo que le afecte tendrá mucha más repercusión que en un club de baloncesto.

R. Sí, pero en este punto yo prefiero verlo desde el lado positivo. Para hacer que los medios dediquen más espacio al baloncesto, es necasario que Real Madrid y Barcelona estén a buena altura. Por eso es importante hacer que el Real Madrid pueda responder a esta expectación. No sé si es justo o no, en algún momento podría pensar que no lo es, pero la realidad es que no lo voy a cambiar y que ambos clubes son necesarios para que el baloncesto tenga más repercusión.

P. Y su obligación será ahora que el Barcelona no disfrute de una posición de hegemonía.

R. No hablaré de obligación, porque eso no va a depender sólo de un entrenador. Sí puedo poner algún ladrillo para reducir esa distancia y esa ventaja en el tiempo que ha tomado el Barcelona, porque hay que reconocer que lo ha hecho bien.

P. Usted es italiano y un entrenador italiano es sinónimo de carácter ganador y juego aburrido.

R. Eso es un lugar común de lo más superficial. Por ejemplo, el fútbol que hizo Sacchi en su tiempo, y yo soy del Inter, no lo ha enseñado nadie desde entonces. Son etiquetas. El baloncesto es ataque y defensa. En ataque haces lo que tu talento te permite hacer y lo que la defensa del rival te deja hacer. Como el nivel defensivo en Italia es mayor, la dificultad para atacar es también mayor. Creo que el baloncesto español es bueno ofensivamente, pero tiene que mejorar defensivamente. Se trata de hacer un baloncesto atractivo y eficaz y creo que en los dos años que he estado en el TAU Vitoria he demostrado mi idea del baloncesto, con lo cual esa cuestión debería estar zanjada.

P. ¿Le molesta que le llamen el Capello del baloncesto?

R. Ni me hace gracia ni me siento insultado. Respeto a Capello y entiendo que, periodísticamente, haya morbo. No tengo referencias sobre el trabajo de Capello, pero si con ello quieren decir que coincidimos en la organización y la disciplina, estoy de acuerdo.

P. Aquí se tiende a comparar disciplina con dureza.

R. Otra etiqueta. Una ley en el deporte es que sin disciplina no se consigue nada. Yo lo entiendo como autodisciplina, como motivación, como una forma de involucrarse en una idea, como un respeto a los derechos sin olvidarse de los deberes. Es mi forma de ver la disciplina. El punto final es que hay uno que debe tomar las decisiones y que no debe escapar de la responsabilidad de hacerlo.

P. Y usted lo que no ha hecho ha sido prometer títulos.

R. Porque eso es vender humo. Un entrenador sólo puede ofrecer el máximo de dedicación. Después de cinco años sin ganar una Liga, eso quiere decir que no sólo nos ha superado el Barcelona, quiere decir que nos han superado otros. Por eso digo que el objetivo es recuperar el coliderazgo del baloncesto.

P. ¿No tendrá problemas para planificar la temporada, por una necesidad de ganar desde el principio, entre otras cosas para llevar público a la cancha?

R. Creo que un entrenador que ha triunfado en otros equipos tiene un colchón más amplio. Creo que tengo esa ventaja. Hay que planificar para que el equipo tenga un nivel aceptable y pueda llegar a un máximo nivel en un par de momentos de la temporada, los que coinciden con el momento en el que se deciden los títulos.

P. ¿Se siente afectado por la polémica sobre la extranjerización de los equipos y su falta de identidad?.

R. Creo que hay que mirar hacia adelante y no hacia atrás. ¿Existe la moneda única, no? Creo que hay que ser positivo en todos los conceptos de la vida. La gente se identifica con una bandera y una camiseta y se identifica con la gente que la defienda de verdad, con la gente que le haga disfrutar con su talento y lo de todo en cada partido. No está escrito en ningún texto sagrado que el que lo vaya a dar todo sea un español o un vasco o un catalán. Hablamos de seres humanos. He visto gente supuestamente mercenaria jugar con amor para su equipo y he visto gente de la cantera mimada y acomodada. Es una generalización que hay que abandonar, porque entraríamos en un problema de xenofobia.

P. Una pregunta superficial. ¿Su imagen personal es producto de que usted cuida hasta ese extremo todos los detalles, una cuestión cultural o simple coquetería?

R. Es una mezcla de cultura, producto de la educación que has recibido, que te deja una huella, y ese afán por hacerlo todo bien. Lo de la gomina, por ejemplo, es pura comodidad, así no me tengo que preocupar del pelo. No voy de traje casi nunca, me paso casi todo el día en chándal, y 15 minutos antes de un partido me pongo un traje porque es mi obligación. No tengo tantos trajes como se dice.

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