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La visita del Papa a Polonia abre dudas sobre sus planes tras el 2000

Los gritos de "Quédate con nosotros", con los que los polacos acogen a Juan Pablo II en esta séptima visita a su país, son una mera demostración de afecto. Sin embargo, ilustran casi inconscientemente la carga de simbolismo de esta visita, en la que Wojtyla se dirigirá hoy, por primera vez, al Parlamento democrático de su país. ¿Se trata de una despedida en toda regla a la vista de sus 79 años y de los muchos compromisos del 2000?

, Otra posibilidad es que el Papa prepare el terreno, como ha llegado a decir un diario suizo, para un retorno a su patria, abandonando la sede apostólica después de los eventos del jubileo. Pero el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, dice que ninguna de las dos cosas. "Desde el segundo viaje a Polonia, en 1983, ya se especulaba con lo de la despedida. En cuanto a la dimisión, es una idea absurda". Aunque Navarro reconoce que jurídicamente no es imposible, "ya que el Papa es la fuente de todo el derecho canónico". En otras palabras, el Papa goza de todos los poderes en su calidad de monarca absoluto de la Iglesia católica. Muchos analistas consideran, en cambio, que la posibilidad de que Wojtyla deje la Santa Sede vacante precipitando un cónclave respondería a una cierta lógica, pese a carecer de precedentes en la historia moderna del Papado. Sobre todo, una vez concluido el jubileo del año 2000, y si a Wojtyla le faltasen las fuerzas para seguir viajando. Entre otras razones, por la delicada salud del Pontífice, de 79 años de edad, y por el intenso patriotismo de un Papa universal sí, pero que no ha dejado de mirar a Polonia a lo largo de todo su pontificado, interviniendo de forma directa en la historia reciente de su país. Es tanta la obsesión de Juan Pablo II por su patria que casi nadie duda de que haya expresado en su testamento el deseo de ser enterrado en su tierra, posiblemente en la catedral de Wawel, en Cracovia, donde yacen varios reyes polacos y donde celebró su primera misa. Una nación donde el 95% de la población se declara católica, aunque el porcentaje de practicantes desciende al 50%, donde florecen los seminarios y la media de edad de los sacerdotes es una de las más bajas de Europa.

Bandera de libertad

Lo cierto es que ni siquiera el denostado comunismo consiguió reprimir tan duramente a la Iglesia en este país como argumentan los polacos, para quienes el catolicismo se convirtió en la etapa del régimen soviético en una bandera de libertad y de afirmación nacionalista. Como resalta el informe de la Agencia de Información Católica, preparado con motivo de esta visita del Papa a su patria, "la elección papal de Karol Wojtyla tuvo una enorme influencia en la identidad religiosa y nacional de los polacos". "El primer viaje del Pontífice a Polonia transmitió un sentimiento de libertad a los polacos y estimuló el nacimiento del poderoso movimiento social Solidaridad, creado un año después". Movimiento que, según el propio Wojtyla, ha sido esencial en la caída del muro de Berlín. El fervor de los polacos no ha disminuido con la llegada de la libertad al país, tras las primeras elecciones democráticas de 1989. La emisora Radio Marija (Radio María), con base en Torun, que el Papa ha visitado en este viaje, es la cuarta cadena de radio más oída en Polonia. Fundada por el monje redentorista Tadeusz Rydzyk , de 53 años, existe desde el año 1991 y cuenta ya con 107 estaciones, aunque el contenido ultraconservador de sus emisiones, y el cariz abiertamente antisemita, preocupa a los sectores más moderados de la Iglesia polaca y, sobre todo, a su máxima autoridad, el papa Juan Pablo II.

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