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El Madison espera a los Knicks

Nueva York derrota a Indiana (3-2) y espera forzar en casa el pase a la final de la NBA

, Los Knicks de Nueva York se han hecho grandes a fuerza de superar dificultades y eso está a punto de convertirles en los héroes de esta extraña temporada de la NBA. Ayer derrotaron a Indiana Pacers a domicilio por un claro 101-94, volvieron a ponerse en ventaja en la eliminatoria del Este (3-2 a su favor) y tienen la oportunidad de acceder a la final de la NBA: están a una victoria de conseguirlo y el próximo partido se disputará en su casa, en el mítico Madison Square Garden. Muy lejos de Nueva York, los chicos de San Antonio Spurs esperan desde hace tiempo: su trayecto hacia la final ha sido extraordinariamente cómodo (eliminaron por sendos 4-0 a Los Angeles Lakers y a Portland Trail Blazers). Cuando comenzó la fase final, San Antonio era el mejor equipo del Oeste y Nueva York el peor equipo del Este. Si esta Liga, la de la huelga y la retirada de Jordan, no tiene pronóstico, el equipo favorito debe ser el de Nueva York. El Madison espera para la noche del viernes. El quinto partido de la final del Este parecía marcar el final del sueño de los Knicks. Indiana había recuperado la ventaja de campo en el Madison (2-2) y parecía beneficiarse claramente de la lesión del pivot Patrick Ewing, para quien la temporada ha concluído. La lógica debía imponerse: Indiana parecía recuperar su juego y estaba en condiciones de acceder a una final a la que lleva aspirando desde hace unos años. Así lo pareció durante el primer cuarto, que Indiana dominó con cierta claridad (28-14). Sin embargo, Nueva York es el equipo imprevisible, el conjunto en el que el banquillo es capaz de hacerlo tan bien como el quinteto titular, la plantilla que sabe encontrar al jugador oportuno en el momento idóneo. Ese jugador fue el pivot Marcus Camby, que ofició de sustituto de Ewing a partir del segundo cuarto y terminó con una sensacional actuación: 21 puntos, 13 rebotes y 6 tapones, demasiado para un teórico reserva. Camby había estado intentando ganarse la confianza del técnico Van Gundy a lo largo de toda la temporada. Le llegó su momento: enfrente tenía al holandés Smits, un hombre mucho más alto y de un comportamiento muy riguroso en el campo. Smits acabó con ocho puntos y ocho rebotes, falló 14 lanzamientos a canasta y no fue ni una sóla vez a la línea de tiros libres, lo que prueba la contundencia de la actuación de Camby en 33 minutos de juego. A su lado, Latrell Sprewell volvió a confirmar que es el hombre más espectacular del equipo en este momento, firmando un total de 29 tantos. Sprewell fue un polémico fichaje a principio de temporada, un hombre discutido por haberle pegado a su entrenador cuando fue jugador de los Golden State Warriors. Sprewell también buscaba la confianza de Van Gundy, un técnico que tampoco parecía ser del agrado de los propietarios del club. Ahora, este equipo tiene una química especial, todos han cerrado filas, todos confían en todos, y parecen imparables. Por si fuera poco, para remate, otro soberano momento estelar de Larry Johnson, no precisamente un especialista en el tiro, que terminó por hundir a Indiana, al anotar dos triples consecutivos en 49 segundos y en el último periodo. "No hay nada que decir, creo que se vio todo en el campo", comentó Larry Bird, el técnico de Indiana, "nos faltó decisión y el convencimiento de que somos un equipo profesional y que los partidos duran 48 minutos". Bird se mostró crítico con sus jugadores, sobre todo al comprobar cómo Indiana malgastaba la buena actuación del primer periodo: "Al margen de la técnica, los profesionales deben demostrar en el campo el corazón y el espíritu de lucha hasta el último segundo y, lamentablemente, durante mucho tiempo nos faltó lo segundo".

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