Aznar se compara con Blair y Schröder y tilda de "apolillado" al PSOE

El presidente del Gobierno, José María Aznar, volvió ayer a Vitoria para ofrecer un discurso similar al que ha mantenido durante toda la campaña: por un lado, advirtió a los nacionalistas vascos de los riesgos de escorarse hacia posiciones independentistas y, por otro, reiteró sus ataques contra el PSOE. En esta ocasión, Aznar presumió de estar más cerca de los planteamientos de los líderes socialdemócratas europeos que los "apolillados" socialistas españoles.

, El presidente Aznar no se dirigió ayer en Vitoria al PSOE de manera explícita y no replicó a la invectiva que le dirigió Felipe González, quien afirmó que el líder del PP y el de IU, Julio Anguita eran "la misma mierda", aunque luego se excusó. Sobre esa materia sólo profundizó el presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, para descalificar ese lenguaje soez de un ex presidente que "representa al pasado". El jefe del Ejecutivo prefirió atacar al PSOE utilizando sus presuntas buenas relaciones, políticas, personales y ayer aclaró que incluso ideológicas, con dos primeros ministros europeos socialdemócratas, el británico Tony Blair y el alemán Gerhard Schröder. Aznar asumió totalmente la declaración programática que ambos acaban de suscribir, a favor de flexibilizar y reformar todas las políticas posibles para crear más trabajo y bajar los impuestos. Aznar presumió de que él lleva diciendo y realizando precisamente eso desde hace tres años. Y contrapuso esos planteamientos con las "apolilladas" ideas de los socialistas españoles, "tan modernos, tan brillantes". En una cena mitin con mil simpatizantes en un pabellón de Vitoria, Aznar llamó a los alaveses a votar masivamente y frenar el avance de los firmantes del Pacto de Estella. El jefe del Ejecutivo alertó con sorna de que los "valientes" partidos nacionalistas integrantes de ese pacto, y especialmente el PNV y EH, lo que en realidad pretenden es "acabar" con la Constitución, el Estatuto y hasta el Concierto vasco para emprender una "segunda transición". Aznar afirmó tajante que jamás pagará ese precio. Prácticamente todo el discurso del líder del PP fue dedicado a garantizar por activa y por pasiva que las conversaciones con ETA no variarán sus posiciones de fondo sobre la validez de los "principales puntos de encuentro para la convivencia" en Euskadi y aprovechó que se encontraba en Álava, con numerosas peculiaridades políticas y económicas por su foralidad, para denunciar que el frente de "nacionalistas excluyentes" del pacto de Estella tiene su vista puesta en conquistar este territorio porque lo consideran una "espina" en sus pretensiones. José María Aznar se invistió con la responsabilidad de presidente del Ejecutivo para ratificar ante los alaveses que podían estar tranquilos porque contaban "con la garantía del PP y del Gobierno de España" de que su personalidad no será ahogada. El presidente del Gobierno se extendió ayer mucho, más incluso que el pasado sábado en San Sebastián, sobre los riesgos que está corriendo el Concierto Económico Vasco por el comportamiento del PNV y de sus socios de Estella. Aznar avisó primero de que disponer de ese Concierto no concede ningún privilegio al Gobierno vasco, sino que debe someterse al marco fiscal general y europeo. Y esa alusión le sirvió para indicar al PNV que no es bueno para el Concierto incitar a la insumisión frente a Bruselas o meterse contra el principal dirigente del Partido Popular Europeo, Wilfred Maertens. Aznar entiende que así el PNV lo único que hace es "sembrar de desprestigio a las instituciones vascas". Las arremetidas de Aznar ayer contra el PNV fueron indirectas pero también muy contundentes. No aceptó de buen grado que el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, les llamara recientemente inmorales. "Por hacer lo que dijimos que ibamos a hacer [sentarse a negociar con ETA]", dijo, y agregó: "Son los mismos que hace poco decían que ETA movía el árbol y ellos recogían las nueces".