Y yo que me creía a salvo
Después de seguir con auténtico interés todos los artículos publicados en su diario a favor y en contra de la intervención armada, me he quedado con una sensación tan extraña como estúpida. El mimetismo ideológico que me provoca cada artículo del que voy suscribiendo cada afirmación consigue invitarme dulcemente a la paranoia mental.Me gustaría conocer si a alguien más le ocurre lo que a mí. Un día, completamente a favor; al siguiente, decididamente en contra, para volver al punto de partida y de nuevo renegar de lo afirmado el día anterior. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan perdido, acosado y débil. ¿Será tan difícil tomar partido, adoptar una postura y mantenerla en vigor a salvo del acoso de su antítesis? Y yo que me creía a salvo de las dudas... ¿Cómo conseguirán todas esas mentes tan privilegiadas estar tan seguras?-
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