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Juicio contra dos policías, acusados de apalear a un joven inocente y lesionarlo en un testículo

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía José Luis San José Delgado y Javier Nogueras empezaron a ser juzgados ayer en la Audiencia de Barcelona, acusados de un delito de lesiones supuestamente cometido al propinarle una paliza a un joven que había sido detenido como sospechoso de un robo que no cometió. Como consecuencia de los golpes recibidos, el joven sufrió la pérdida parcial del testículo derecho y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. En sus conclusiones provisionales el fiscal solicita para cada policía 16 meses de prisión y que abonen en total más de 3,5 millones de pesetas en concepto de indemnización y por las lesiones causadas. La acusación pública reclama que se declare la responsabilidad civil subsidiaria del Ministerio del Interior. Durante su declaración ante el tribunal de la Sección Décima, los policías negaron la acusación del fiscal y explicaron que se limitaron a defenderse de los numeroso intentos de agresión del joven, antes y después de detenerlo. El abogado del agente San José, sin embargo, llegó a preguntar a éste en un momento del interrogatorio si "cuando le golpeó, tenía la intención de darle en los testículos o previó el resultado". El policía respondió negativamente. Los hechos ocurrieron el 12 de abril de 1997, cuando Andrés G. P. transitaba por la Via Júlia de Barcelona y fue detenido por una dotación policial, alertada por un robo que se estaba cometiendo en los alrededores, al coincidir la descripción del sospechoso. El joven explicó que era ajeno a los hechos, pero el agente Nogueras lo cogió del brazo y aquél se deshizo. Entonces llegó otra dotación en la que iba San José, quien con otro policía detuvo al sospechoso y se lo llevaron detenido a la comisaría de Nou Barris, pese a sus intentos por mostrar la fotocopia del DNI. De camino a comisaría el joven, que entonces pesaba 52 kilos y estaba en tratamiento por su adicción a la heroína, les dijo a los agentes que los denunciaría, a lo que éstos respondieron con múltiples golpes, según relató ayer al tribunal. "Era un maniquí" En comisaría fue conducido al precalabozo, donde recibió todo tipo de golpes, según su relato. "Yo era entonces un toxicómano, pero a eso no hay derecho", explicó ayer. Del mismo modo aseguró: "Mi cuerpo era como un maniquí y sólo quería que se acabara aquello". El fiscal afirma en su escrito de acusación que en el interior de ese cuarto los dos agentes golpearon con las porras al detenido y que éste se limitó a protegerse. Para ello puso los brazos en actitud de defensa para resguardarse el cuerpo y recibió varios golpes en la cara. A causa de la agresión, el detenido sufrió contusiones en varias partes del cuerpo, de las que tardó en curar siete días, excepto en el testículo derecho, del que tuvo que ser operado por pérdida parcial. De esta intervención tardó en curarse dos meses y le quedó como secuela una pérdida parcial de un tercio del testículo. Durante la tramitación del caso, la juez no logró identificar a los agentes que propinaron la supuesta paliza, por lo que la magistrada detuvo e imputó a 19 agentes de la policía durante unas horas, hasta que se identificaron. Semanas después, el joven fue absuelto del robo que se le imputaba el día de su detención. La acusación particular acusa a los policías de un delito contra la integridad moral y otro de uso de armas peligrosas, por los que pide nueve años de cárcel para cada policía. El juicio seguirá mañana.

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