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Escritores y poetas recuerdan en Sevilla a José Agustín Goytisolo

Los tres lo conocieron profundamente y los tres expresaron su admiración por su obra y su persona. Los poetas Ángel González y José Manuel Caballero Bonald y el escritor Miguel Dalmau acercaron al público la poesía y la vida de José Agustín Goytisolo, fallecido el pasado marzo a los 70 años, en el homenaje que la Caja San Fernando dedica en Sevilla a uno de los poetas españoles más populares. "Fue para todos nosotros un maestro de la ironía", dijo Ángel González.

Las jornadas Palabras para José Agustín Goytisolo, que organiza la Caja San Fernando con una serie de mesas redondas y una lectura poética, concluyen hoy con el recital que ofrecerá el cantautor Paco Ibáñez -amigo íntimo de Goytisolo, que puso música a su poema Palabras para Julia- en el teatro Lope de Vega. Las localidades para el concierto, al que asistirá la viudad del poeta, Asunción Carandell, se agotaron ayer por la mañana. Con el título Un niño solo, Ángel González, rastreó en su intervención la huella de su infancia - marcada por la muerte de su madre en un bombardeo en Barcelona- a lo largo de su ingente obra poética. "El mundo del niño triste y solo que fue y la nostalgia del que niño pudo haber sido y que no le dejaron ser es una constante en su poesía", comentó el poeta asturiano, compañero de generación y amigo de Goytisolo. González dejó constancia de la deuda literaria de la llamada generación de los cincuenta con el autor de Salmos al viento: "Fue un maestro de la ironía. Nos enseñó cómo se podía utilizar la ironía como medio no sólo para burlar la censura, sino como instrumento de gran eficacia crítica". González le rindió también un tributo de amistad. "En el hombre hay algo de lo que dice su poesía. Su generación se caracterizó por el furor de vivir y de beber, por el amor a lo perecedero. Creo que él esperaba una respuesta, que había una llamada de auxilio del niño para salir del pozo y llegar al borde de la vida. Quizá yo no supe responder a esa llamada como debí", lamentó. Caballero Bonald, para quien Goytisolo fue un vitalista y un seductor "al que le gustaba dilapidar la vida", llamó la atención sobre su espíritu perfeccionista, que le llevaba a hacer inacabables correcciones. "Nunca dejó de corregir, refundir y retocar. Para él cada poema era siempre susceptible de ser perfeccionado", comentó el escritor jerezano, que se refirió a la estrecha relación entre la vida y la obra poética de Goytisolo. La mesa redonda fue moderada por Enrique Baltanás, en ausencia del poeta Vicente Tortajada, que ha tenido que ser hospitalizado. Las jornadas continuaron con la intevención de Carmen Riera, Fanny Rubio, Pere Pena y José María Conget. A la mesa de hoy asisten Francisco Brines, Benítez Reyes y Luis García Montero.

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