¿De qué se ríen?
Escuché la otra tarde a los contertulios de la radio de Julia, y entre muchas clarividencias me quedé con la de Manuel Delgado. En este paisaje europeo resultan chocantes los carteles de propaganda electoral. Esos candidatos sonrientes y prometedores, ¿de qué se ríen?, preguntaba Manuel Delgado, como preguntaba el pobre ahorcado de la balada de Villon a los que contemplaban su ejecución. ¿Qué Europa prometen? ¿La del fraude alimentario a base de pollos engordados sin piedad, vacas enloquecidas y políticos que prestan sus palanganas para que el emperador se lave sus genitales misiles? Otro que ha vuelto a sonreír es Mr. Pesc, Terminator Solana, al que sus compañeros de quinta de la guerra de Kosovo han tenido que salvar la cara para no perder la propia. Aún se producen daños colaterales, pero el coro mediático, ese Gran Hermano Global que se puso en marcha a raíz de la guerra del Golfo, ya ofrece una orquestada versión del desenlace de esta miserable guerra en la que Europa ha perdido la primera oportunidad de ser democráticamente de izquierdas y democráticamente soberana. Esperemos que el Tribunal Global, tras procesar justamente a Milosevic por crímenes de guerra, se aplique a investigar otros crímenes, esta guerra misma es un genocidio sumado al otro y ha utilizado a los kosovares como extras de una superproducción de truculentos efectos especiales a base de juguetería de la muerte.Por más que el coro mediático cante esta victoria tan pírrica que es derrota de la razón, siento, yo, porque ya no me consiento plurales, que han ganado el imperio, los traficantes de armas y los bancos que reconstruirán las cosas y las casas. Queda el odio, el agravio, más balcanizados que nunca. Y se instala la melancolía con la que la inteligencia evita aterrorizarse ante la sonrisa del monstruo global.
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