Mel Tormé, uno de los grandes cantantes de jazz
El cantante Mel Tormé falleció el pasado sábado en un centro hospitalario de Los Ángeles, a los 73 años, a consecuencia de las complicaciones causadas por una crisis que sufrió en agosto de 1996. Para muchos era el mejor cantante blanco de jazz, pero su talento plural también le había permitido tocar el piano y la batería, escribir canciones, guiones y arreglos para orquesta, producir programas televisivos y hasta hacer sus pinitos cinematográficos.Parecía un hombre del renacimiento milagrosamente adaptado al caprichoso mundo del espectáculo contemporáneo. El mejor elogio se lo hizo Frank Sinatra con un escueto "me gustaría cantar como Mel Tormé".
Melvin Howard Tormé nació en Chicago el 13 de septiembre de 1925, y aprendió a cantar antes que a hablar. Sus primeros modelos fueron las voces que se escapaban de la radio familiar. Su padre no tardó en darse cuenta de que tenía un oído absoluto y consiguió que debutase con la Coon-Sanders orchestra a la tiernísima edad de cuatro años. Para cuando dobló esa edad era un polifacético y ya experto entretenedor. Así lo entendió más tarde el agente Ben Pollack cuando le apadrinó para entrar en la orquesta de Chico Marx como cantante, arreglista vocal y batería suplente (puesto este último que también desempeñó nada menos que con las formaciones de Duke Ellington, Stan Kenton, Woody Herman y Gene Krupa).
El premio como compositor le llegó con The christmas song, un tema estrenado por el mismísimo Nat King Cole en 1946 y grabado después por la plana mayor de vocalistas que encabezaban Bing Crosby y el propio Sinatra. Tormé no alcanzó la fama de sus colegas ni obtuvo jamás un disco de oro porque, entre otras cosas, jamás antepuso el interés comercial al artístico. De hecho, en opinión de algunos expertos era demasiado bueno para triunfar a lo grande. No obstante, fue capaz de obtener un éxito notable en las islas británicas en plena efervescencia del rock. Estaba seguro de sus cualidades y cantó bien hasta el final. Así lo demuestra uno de sus últimos documentos discográficos, The great american songbook, grabado en 1992 en directo en el mismo pequeño local, el ya desaparecido Michael"s pub de Nueva York, donde Woody Allen tocó el clarinete todos los lunes durante 25 años. Pero la época de esplendor de Tormé corresponde a los 50, década en la que encadenó una espléndida serie de elepés en colaboración con el arreglador y pianista Marty Paich. No menos formidables resultan testimonios tan olvidados como Sunday in New York o tan reconocidos como Mel Tormé swings Schubert Alley. La elegante colección de dúos que grabó junto al pianista británico George Shearing a lo largo de los 80 puede considerarse ahora su íntimo epitafio.-
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