Zaragoza, centro de la batalla política de Aragón
Los populares han aplicado tal régimen de austeridad que, afirman los socialistas, no han hecho nada por la ciudad en cuatro años
Zaragoza es el centro de la batalla política de Aragón, pues no en vano residen en ella más de 600.000 del poco más de un millón de habitantes de la comunidad. Lo previsto es que el PP renueve su triunfo. Pero hay dudas razonables sobre si la alcaldesa, Luisa Fernanda Rudi, mantendrá sus 15 concejales, ya que los sondeos apuntan hacia una recuperación del PSOE, que tiene seis y podría llegar a los diez, y si el Partido Aragonés (Par), que gobierna con los populares, subirá o bajará. Izquierda Unida (IU), en retroceso -contaba con cuatro, pero uno se pasó a Nueva Izquierda (NI)-, y la Chunta Aragonesista, en ascenso -confía en saltar de dos a cuatro-, constituyen las otras referencias. Tras el anterior derroche -plazas de diseño y obras criticadas por su excesivo coste aunque hoy sean indiscutidas, como el auditorio o los puentes-, Zaragoza ha vivido estos ultimos cuatro años sometida a la austeridad. Tanto que Juan Alberto Belloch, el candidato socialista, proclama que no se ha hecho "nada". Pero Rudi sostiene que "mal se puede diseñar una ciudad si está endeudada hasta las cejas y tiene las entrañas podridas".La regidora acometió un plan de ajuste económico -la oposición dice que con pésimo resultado- y otro de saneamiento integral con una inversión de 8.000 millones de pesetas, financiados al 80% con fondos europeos, pero, aunque se han repuesto tuberías y construido colectores, la red sigue reventando.
La campaña de imagen del PP habla de lo que no se ve: actuaciones en barrios periféricos, saneamiento de zonas del centro, profusión de maceteros para dulcificar escenarios... Pero cintas hay pocas que cortar. Rudi dice que los cinturones de la ronda, la llegada de agua del Pirineo o la recuperación del teatro romano llegarán ahora y, entre tanto, recuerda que el paro ha descendido y que se han creado muchas empresas.
Ante ello, el PSOE se ha lanzado a proponer ideas que pasan por un plan estratégico del Ebro, "que será la calle mayor", a partir de la celebración del 200º aniversario, en el año 2008, de los Sitios, y el transporte, con dos líneas de trenes de cercanías y cuatro de tranvías. Mientras tanto, el Par se apoya en el deporte -su número dos es el baloncestista Fernando Arcega- y vende instalaciones y la nostalgia de los antiguos logros del CAI, en el propio baloncesto, o el Zaragoza, en el fútbol. Rudi también tentó a la ciudadanía con un mejor estadio, pues el de La Romareda es municipal, pero no obtuvo entonces eco.
La ciudad está ahora pendiente del AVE, que, a golpe de reivindicación vecinal, servirá para ordenar todo un nudo de enlaces; cerrará la franja entre los barrios de La Almozara y Delicias, cortados por la vía ferroviaria, y la autopista, y recuperará espacios para el ocio.
Pero ese mismo movimiento, el de la Federación de Asociaciones de Barrios (FABZ), pone peros al Plan de Ordenación Urbana porque "está marcado por las grandes infraestructuras viarias dictadas por los ministerios -AVE, superestación, tercer y cuarto cinturón...-, las grandes promotoras de viviendas, que acaparan el suelo del sur, y el interés económico de la Administración". "Los terrenos de la Renfe en el centro tememos que financiarán el AVE y los de Defensa también nos tememos que están en las grandes cuentas de resultados de la profesionalización del Ejército", indica la FABZ, que no quiere una ciudad expansiva, "sino contenida y sostenible".
Por su parte, la Chunta sueña con un aeropuerto receptor de pasajeros con rumbo al ocio pirenaico e IU se lamenta de que Defensa y la Alianza Atlántica sigan teniendo tanto peso.
Pero, en definitiva, en Zaragoza se vive bien, según el sentir general. Curiosamente, sin embargo, eso es para algunos todo un riesgo, ya que la ciudad, de tanto mirarse el ombligo, podría quedarse en provinciana.
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