Yeltsin conmuta todas las penas capitales y vacía los "corredores de la muerte" en Rusia
Borís Yeltsin se comprometió a abolir la pena de muerte antes de tres años cuando Rusia ingresó en el Consejo de Europa el 28 de febrero de 1996. El plazo venció hace más de tres meses, y la promesa no ha sido cumplida, a causa de la oposición de la Duma (Cámara baja del Parlamento). Sin embargo, el presidente ruso ha aplicado una moratoria que ha dejado sin trabajo a los verdugos. Ayer, Yeltsin vació por completo los corredores de la muerte al conmutar las últimas penas capitales pendientes por cadenas perpetuas o por penas de 25 años de cárcel.
Con un más que discutible sentido de la oportunidad, el miércoles por la noche, mientras el líder del Kremlin firmaba los últimos indultos, la primera cadena de la televisión estatal emitía un reportaje sobre un asesino en serie. Serguéi Golovkin torturó y asesino a 11 niños a los que obligaba a pelearse armados con cuchillos. Fue ejecutado en 1996.La pena de muerte es muy popular como medida profiláctica. En Rusia se cometen cada año unos 30.000 asesinatos. Una encuesta efectuada a finales de 1998 reflejaba que el 50% de la población está a favor de que se mantengan las ejecuciones, mientras que otro 21% aprobaría incluso que se ampliase el número de delitos en los que puede aplicarse. Tan sólo un 5% defendía la abolición inmediata, y un 16% era partidario de que se hiciese de forma paulatina.
Según Anatoli Pristavkin, presidente de la comisión presidencial de clemencia, 163 reos han sido ejecutados en los casi ocho años que Yeltsin lleva en el Kremlin. El último, el 2 de septiembre de 1996. A comienzos de este año había aún 716 presos en los corredores de la muerte, que en Rusia son infrahumanos.
El Tribunal Constitucional ha prohibido que se dicten penas de muerte en juicios sin jurado, una figura que sólo existe, y a título experimental, en 9 de las 89 regiones de la Federación Rusa.
Hasta que la abolición no tome carta definitiva de ley, el riesgo de que vuelvan las ejecuciones persiste, sobre todo si la institución del jurado se extiende. Y no será fácil que la Duma, en la que son mayoritarios los comunistas y sus aliados, se deje convencer de efectuar los oportunos cambios en el código penal cuando hay programadas elecciones legislativas para diciembre, y legislativas para seis meses más tarde.
Yeltsin ha elegido un buen momento para vaciar los corredores de la muerte. En estos días se celebra en Moscú una conferencia para discutir sobre este tema a la que asiste el secretario general del Consejo de Europa, Daniel Tarschys. Yeltsin dirigió un mensaje a la reunión en el que aseguraba: "Como Estado verdaderamente democrático, Rusia no sólo intenta restringir la aplicación de la pena capital, sino eliminarla".
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