A puerta cerrada
Los cuatro asesinatos que ya empezaban a preocupar en Vitoria fueron cometidos a puerta cerrada. El asesino prefería la privacidad de las viviendas, los despachos o los comercios.Los cuatro crímenes, aunque tienen aspectos comunes -como que todos fueron cometidos con arma blanca, que el escenario ha sido siempre un lugar cerrado y que todas las víctimas fueron robadas- también presentan diferencias sustanciales. Con la profesora de inglés el homicida se ensañó, fue torturada posiblemente para conseguir los números de sus tarjetas de crédito, y después descuartizada. El cordelero fue hallado maniatado y con varias cuchilladas, como si el agresor también le hubiera querido sacar información. Pero el empresario de máquinas tragaperras y la abogada Begoña Rubio no presentaban signos de tortura.
La Ertzaintza ha investigado la posibilidad de que el detenido hubiera actuado también en Madrid, pero esa hipótesis está descartada por ahora.
