Serra defiende el ascenso del general Cañadas, pero sugiere que ignoraba su apoyo a los golpistas en 1981

El ministro de Defensa, Eduardo Serra, defendió ayer el ascenso a general de Juan Cañadas, uno de los firmantes del manifiesto de los cien de 1981, en contra de la prensa y a favor de los golpistas, pero dio a entender que ignoraba este antecedente cuando lo propuso al Consejo de Ministros.Preguntado expresamente si conocía esta circunstancia, dijo que a la hora de proponer el ascenso de un militar al generalato se tienen en cuenta "la hoja de servicios, los informes de clasificación y los expedientes de los consejos superiores de los ejércitos". Previamente, había matizado que la legislación vigente prevé la cancelación de las anotaciones por faltas disciplinarias, como la que se impuso hace 18 años al entonces capitán por adherirse al manifiesto ultra, sugiriendo que no queda constancia de la misma en su expediente.

Lo que no explicó es que, durante los gobiernos socialistas, los ministros disponían también de un informe del Cesid sobre las actitudes de los aspirantes al generalato frente a la Constitución. Estos informes, que producían gran irritación en los cuarteles, dejaron de elaborarse cuando el servicio secreto entró en crisis.

Serra matizó, no obstante, que "todos los requisitos legales están sobradamente cumplidos" en el ascenso del general Cañadas, por lo que "sería extraordinariamente poco aceptable hacer procesos de intenciones, cuando hace muchos años de eso y cuando en esa información vienen declaraciones del general que son suficientemente explicativas". Se refería a las declaraciones de Cañadas, publicadas ayer por EL PAÍS, calificando de "chiquillada" su adhesión al manifiesto.

"No estamos en la situación que se vivía en el año 1981 y aplicar terapias que fueron correctas en situaciones anteriores podría ser ahora el peor de los errores", concluyó el titular de Defensa, durante la rueda de prensa conjunta con su homólogo esloveno, Franci Demsar.

"No soy un experto en el escalafón militar", manifestó, por su parte, el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, "pero no es un derecho subjetivo de cada militar llegar a ser general, sino que es un derecho del poder Ejecutivo decidir cuáles de entre los militares profesionales son los más indicados para dirigir las Fuerzas Armadas".

"Y, desde luego, de un militar que hubiese tenido el comportamiento que se predica del señor Cañadas hace 18 años, cuando el 23-F, yo no me fío", concluyó Almunia en Móstoles (Madrid), informa Rafael Fraguas.

El protavoz de Izquierda Unida en la Comisión de Defensa, Willy Meyer, anunció que presentará una proposición no de ley para que se anule el ascenso a general de Juan Cañadas, decidido por el Consejo de Ministros el pasado 16 de abril. En declaraciones a Europa Press, Meyer calificó de "lamentable, irresponsable e insólita" la decisión de ascender a un militar que se significó por su apoyo a los golpistas, más aún cuando los militares de la UMD, expulsados del Ejército por oponerse al régimen franquista, no recibieron el mismo trato cuando llegó la democracia.

El portavoz de Convergència i Unió (CiU), Carles Campuzano, consideró necesario que el Gobierno ofrezca una explicación "convincente" sobre este ascenso, para que no se siembren dudas en la opinión pública. A su juicio, la decisión resulta, "como mínimo, sorprendente", dado su carácter discrecional y el currículo del general Cañadas.