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Zaplana asegura que la deuda acumulada no sobrepasa los 600.000 millones de pesetas

¿A cuánto asciende la deuda acumulada por la Generalitat? La respuesta a esta pregunta se ha convertido en uno de los principales ejes de los primeros compases de la campaña electoral. Mientras el candidato socialista, Antoni Asunción, cifra el débito en 800.000 millones de pesetas, el presidente Eduardo Zaplana redujo ayer la cantidad a "algo menos" de 600.000 millones, que se encuadraría en el escenario impuesto para la convergencia europea. El candidato del PP no contabiliza las obligaciones contraídas por las empresas públicas ni la financiación de infraestructura educativa.

Los mensajes en clave económica protagonizan la campaña, sin que surja una voz autorizada y ecuánime capaz de despejar incógnitas tan relevantes como la carga financiera que soportan las arcas autonómicas o las obligaciones contraídas en los últimos cuatro años con empresas suministradoras de obras y servicios. Las cifras bailan, según sea el interlocutor de un partido u otro, y todos las argumentan. Antoni Asunción ha hecho bandera de la cuestión, y asegura en todas sus intervenciones públicas que la deuda pública acumulada por la Generalitat sobrepasa los 800.000 millones de pesetas, cantidad a la que añade la deuda encubierta y las facturas que el Consell "guarda en el cajón" a la espera de liquidez, entre las que incluye las referidas al gasto farmacéutico. El candidato a la reelección por el PP, Eduardo Zaplana, aseguró ayer que el débito no sobrepasa los 600.000 millones, sin olvidarse de reseñar que en 1995 accedió al poder con una "herencia" de 500.000 millones de deuda contraída por la Administración de Joan Lerma, a los que suma "otros 60.000 millones camuflados en Sanidad". Para Zaplana, los ataques del candidato socialista confirman que Asunción "no tiene ni idea" de números. "No nos podemos endeudar más por las imposiciones del Consejo de Política Fiscal y Financiera, que obliga a las comunidades autónomas a contener el gasto público para converger con Europa", dijo. Según los datos que maneja el PP, la deuda acumulada por la Generalitat Valenciana se traduce en unas 140.000 pesetas por habitante, "una de las más bajas de las regiones que alcanzaron la autonomía por el artículo 151" de la Constitución. "Y en relación a nuestro Producto Interior Bruto, somos la penúltima del listado", en lo que a deuda pública se refiere. En las cuentas del presidente no se contabilizan la deuda de las empresas públicas, los 75.000 millones del plan de financiación de las universidades que asumen los propios centros académicos, ni la inversión que los ayuntamientos han asumido para dotar de instalaciones educativas a sus municipios, actuación de exclusiva competencia del Consell. El Instituto Valenciano de la Vivienda, por ejemplo, ha modificado sus estatutos para posibilitar la construcción de colegios, lo que ha implicado un aumento de sus obligaciones de 13.000 millones de pesetas, que no registran los libros de cuentas de la Generalitat. "Lo que ocurre es que los socialistas aprobaron la LOGSE sin disponer de recursos económicos desde el principio", señaló Zaplana, lo que nos obligó a alcanzar un pacto educativo, a través del cual la Generalitat destina a la construcción de centros todos los recursos ordinarios posibles, y a través de los ayuntamientos adelantamos algunas infraestructuras que se pagarán". Al margen de la deuda, el candidato del PP pasea de mitin en mitin los datos de su gestión económica, que fundamenta en la reducción del gasto público y las liquidaciones presupuestarias. Son obligadas por tanto las referencias a la última Administración presidida por Joan Lerma, que en 1994 dejó un presupuesto con 65.000 millones de pesetas de déficit. "Nosotros cerramos el ejercicio de 1998 con un superávit de 700 millones, y eso da cuenta de nuestra forma de trabajar". Otra cuestión es la supuesta existencia de facturas ocultas a la espera de que lleguen tiempos mejores para hacer frente a un gasto no contabilizado, denunciada también por Asunción. "El candidato socialista no sabe de estas cosas, y le aseguro que no existe ni una sola factura encubierta, y además hemos saneado las que ellos dejaron", replicó ayer Zaplana. Tras un sábado de campaña dedicado a la familia festera (moros y cristianos de Elda, Fogueres en Alicante y fiesta andaluza en Sant Vicent), Zaplana volvió ayer al ruedo electoral con un almuerzo político que compartió con 300 militantes en Onda (Castellón) y un mitin en Sagunto (Valencia). En ambas plazas, el candidato popular reiteró sus logros económicos e incluso situó a la Comunidad en un marco idílico de progreso que comparó con la California americana. Clima, agricultura, comunicaciones, nuevas tecnologías y turismo consituyen unas condiciones "inmejorables". "Si conseguimos despertar a toda la sociedad, no hay quien nos pare", concluyó en su último acto de anoche en Sagunto. Zaplana aprovechó también para recomendar a sus candidatos a las alcaldías que no participen en más debates cara a cara con los socialistas, ya que ellos no se prestan en los muncipios donde gobiernan. Una actitud que calficó de hipócrita, citando tres ejemplos concretos: Elche, Gandia y Elda.

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