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Entrevista:CRISTINA NARBONA - DIPUTADA Y CANDIDATA DEL PSOE AL AYUNTAMIENTO DE MADRID

"Los socialistas que se han dedicado a dañar la imagen de Borrell se arrepentirán"

Es la candidata número dos del PSOE a la alcaldía de Madrid y jefa de la campaña del candidato a alcalde, Fernando Morán. Su primer objetivo es intentar que éste proyecte una imagen más popular, de candidato que transita por los mercados además de hacerlo por las librerías. Pero buena parte de las energías de esta política de larga duración -48 años, ex secretaria de Estado de Medio Ambiente, diputada veterana y hoy más conocida como "compañera sentimental de Borrell"- están además dedicadas a atender las innumerables llamadas y cartas que sigue recibiendo dirigidas al ex candidato socialista a la presidencia del Gobierno. Pregunta. El equipo que usted dirige, en la sede de la Federación Socialista Madrileña, para ganar las elecciones municipales ¿representa la última trinchera del borrellismo?Respuesta. Sí, aquí hemos coincidido un equipo que sigue creyendo y trabajando por la democratización y renovación en profundidad del partido. Esté o no Borrell hay que seguir interpretando lo que las bases quieren, que es de donde saldrá la dirección del futuro.

P. ¿Podríamos volver a tener a Borrell como candidato?

R. Eso no es previsible por el momento. Pero es muy simplista pensar que la solución depende de que venga o no otro Borrell. Eso no se acaba con Borrell. La gente que le ha estado apoyando y comparte sus ideas va a seguir activándolas.

P. ¿Siguen apostando por las primarias después de esta experiencia?

R. Seguimos apostando por ellas, pero con un manual de uso diferente, que nos permita modificar lo que ha sido fuente de dificultades este año.

P. ¿Cómo qué?

R. Habría que eliminar la recogida previa de firmas de apoyo explícito. Esto ha resultado ser una perversión de la democracia interna, que consiste en depositar de forma anónima un voto. Se robó así parte de la propuesta democrática. Otro aspecto a debatir es si con las primarias hay que elegir sólo candidato o también secretario general.

P. ¿No sienten que se perdió una ocasión histórica al no reclamar en su momento un congreso extraordinario para dar el vuelco que las bases habían votado?

R. A posteriori se puede pensar que fue una decisión equivocada. Se perdió la oportunidad de culminar lo que habían supuesto las primarias como expresión de la voluntad de las bases.

P. Las diferencias de Borrell con el aparato ¿eran cuestión de personalismos o eran de tipo ideológico?

R. A veces es difícil de separar. Pero eran sobre todo diferencias de método con respecto a la apertura y democratización del partido, así como ideológicas con respecto a temas clave, como es el de la globalización de los mercados. Nosotros exigíamos reglas internacionales que dieran prioridad a la creación de empleo, al gasto social, a la protección ambiental.

P. Parece que éste es un tema que divide tanto al PSOE como la intervención de la OTAN en Yugoslavia: ¿Hay dos bandos: los liberales otanistas y una izquierda que está en contra de los bombardeos?

R. Sí. Y no es un secreto mi posición: aun estando en contra de Milosevic, estoy en contra de los bombardeos. No veo que hayan sido efectivos ni que hayan mejorado la situación en los Balcanes.

P. ¿Por qué no hay entonces una crítica más explícita dentro del PSOE? ¿Sigue siendo tabú cuestionar a Felipe González?

R. González sigue siendo un valor muy importante de este partido que merece mucho respeto, pero desgraciadamente muchos confunden respeto con falta de libertad para opinar. Yo disiento y no creo que por ello le falte al respeto.

P. ¿Sigue siendo un valor como candidato?

R. Felipe sigue siendo un valor para el partido, pero ya no me parece el candidato idóneo para ganar las elecciones.

P. ¿Cree que el que Borrell fuera el primero en cuestionar a González durante las primarias le acarreó después la falta de apoyo de Felipe?

R. Es difícil valorar todas las razones por las que una parte de nuestro partido ha considerado a Borrell como alguien que no encajaba con el partido. Los que le acusan de que iba demasiado por libre tienen una visión demasiado homogénea del partido, sin darse cuenta de que el partido es plural.

P. Desde dentro del partido se había dicho que tenía "mandíbula de cristal". ¿Cree que ha habido un intento de destruirlo desde las filas socialistas?

R. Me consta que desde dentro del partido hay personas que han difundido algunos de esos rumores. Pero todos aquellos que hayan querido dañar la imagen de Borrell se arrepentirán de haberlo hecho, porque las cosas pueden ir en una dirección muy distinta a la actual, en cuanto haya un próximo congreso. Perjudicar al candidato ha sido un error porque va a recoger el daño el próximo candidato, sea quien sea. Además, qué persona mejor podían encontrar para llegar a las próximas elecciones con la talla y la imagen de Borrell.

P. Los escándalos de corrupción de Huguet y Aguiar ¿fueron el verdadero motivo de la dimisión de Borrell, o sólo le brindaron la posibilidad de escapar de una presión insoportable a la que le sometía la falta de apoyo de su propio partido?

R. Los factores internos existían, sería absurdo negarlo, pero Borrell no habría tirado la toalla si no fuera por el durísimo golpe que representó para él descubrir que dos estrechos colaboradores suyos estuvieron implicados en un caso tan grave de corrupción. Es lo peor que podía pasarle, pues ponía una sombra de duda sobre su mensaje, basado precisamente en la regeneración y la honestidad.

P. ¿Sentía algún tipo de presión de esos poderes fácticos a los que se ha referido Pujol?

R. Quizá Borrell, al ser más de izquierdas, no era la opción más deseada. Resultaba más incómodo en cuanto se salía del guión de ese modelo de socialdemocracia controlada que no acepta ciertas cosas. Esa presión era muy fuerte desde los medios de comunicación, desde donde ha sido muy castigado. Antes de que él tomara la decisión de irse ya le habían dado por muerto. Si hubiera seguido a pesar de esa presión, los resultados electorales habrían sido muy malos. No se puede ganar de espaldas a los medios que te niegan la victoria a priori.

P. ¿No es casualidad que un caso antiguo como el de Aguiar y Huguet haya salido cuando Borrell era candidato, pudiendo haber salido mucho antes?

R. Sí lo es, pero con el tiempo todo se sabrá, por qué ha salido ahora y no en otro momento. Habría que preguntárselo al PP, qué papel tiene en todo esto el señor Piqué. Porque a lo mejor algo tiene que ver.

P. ¿Hay que ir a un congreso extraordinario antes de las elecciones generales?

R. Si queremos mantener el voto y que el PSOE siga siendo alternativa de Gobierno es imprescindible que antes haga una profunda reflexión sobre lo que ha pasado, y presente un programa y un mensaje de renovación creíbles. Para eso no basta cambiar de caras.

P. ¿Rosa Díez podría ser ese nuevo rostro?

R. Rosa tiene gancho y ha sabido detectar y recoger la sensibilidad en contra de los bombardeos de la OTAN. Pero sea quien sea el candidato, su éxito dependerá del proyecto de partido del que vaya de la mano.

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