Aznar abre campaña en Navarra tachando al PNV de antidemocrático por dar poder a EH

La campaña electoral se inició oficialmente la pasada medianoche con mítines, pegadas de carteles o actos festivos organizados por todos los partidos. Sólo en Barcelona y Vitoria se registraron intentos de boicoteo en actos del PSC-PSOE y del PP, respectivamente. En Pamplona, José María Aznar dijo que hay proyectos nacionalistas que intentan "desbordar el marco jurídico y político de su autogobierno, rechazando el acuerdo y la convivencia" y advirtió al PNV que "no es democrático ni responsable regalar poder o influencia a siglas (en alusión a EH) a las que sobre la democracia les queda todo por demostrar".

La confrontación entre nacionalistas y no nacionalistas fue la tónica de las primeras horas de campaña y amenaza con convertirse en el argumento que más van a utilizar los líderes políticos desde hoy hasta el 13-J.Así, en Barcelona el candidato de CiU a la alcaldía, Joaquim Molins, afirmaba en presencia de Jordi Pujol que en la batalla por Barcelona no hay más opción que un gobierno "nacionalista o socialista". En la misma línea, en la presentación de la candidatura de la coalición PNV-Eusko Alkartasuna la candidata a la alcaldía de Vitoria, María Jesús Aguirre, aseguraba que la única intención de los no nacionalistas es la de hacerse con gobiernos municipales para "sembrar el miedo, el odio y la división". A este acto en el polideportivo de Mendizorroza acudieron el lehendakari, Juan José Ibarretxe; el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, y el de EA, Carlos Garaikoetxea.

La elección de Euskadi y Navarra para los actos de apertura de campaña - la presentación de su manifiesto electoral en San Sebastián, el mitin de Aznar en Pamplona y la pegada de carteles en la plaza de España de Vitoria- también sirvió a los populares para subrayar sobre el terreno sus diferencias con sus dos principales adversarios políticos: el PSOE en toda España y los partidos nacionalistas en sus territorios, informa Javier Casqueiro.

En Pamplona, el jefe del Ejecutivo estuvo especialmente crítico con el pacto de legislatura entre los nacionalistas vascos y Euskal Herritarrok, la marca electoral de HB. "¿Cuánto poder se les quiere regalar a esos que quieren acabar con las instituciones en los ayuntamientos y las comunidades?", se preguntó en el pabellón Anaitasuna de la capital navarra ante unos 2.000 simpatizantes.

Por su parte, el secretario general del PP, Javier Arenas, acusó a socialistas y nacionalistas de radicalizar la campaña para tapar sus problemas internos y catalogó el estilo de los populares como "constructivo y templado". Cuando habló del PSOE, su ironía se tornó en sarcasmo al destacar que había intentado recordar -sin éxito- alguna elección a la que un partido estatal se hubiera presentado sin candidato a la presidencia del Gobierno.

Al PNV, Arenas le pidió que se moderase porque con su radicalidad asusta a sus propios militantes. Y se lo exigió en especial a Arzalluz, que mantiene una controversia con Wilfred Maertens, el presidente del PPE, donde están tanto el PNV como el PP.

El discurso de Aznar en Pamplona abundó en las mismas tesis en contra de los nacionalismos excluyentes de sus últimos y recientes mitines en esta ciudad y el sábado pasado en Bilbao. El hecho de que en Navarra gobierne un partido coligado al PP (UPN) le facilitó las comparaciones. Aznar sostiene que Navarra sí "puede y debe vivir su identidad sin desgarros, sin complejos y sin temores".

Aznar no obvió los riesgos nacionalistas que acechan esa comunidad y se refirió con contundencia al hecho de que EH haya incluido en su lista autonómica navarra al presunto etarra José Luis Barrios Martín. "Hay que estar muy ciegos y muy sordos a la realidad para proponer a un presunto asesino como candidato y hablar, al mismo tiempo, de compromiso democrático. Pues eso, que es una inmoralidad frente a todos, además es un insulto a los ciudadanos de esta comunidad", dijo.