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La ciudad sin suelo

Cuando la actual alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña, incluyó en su programa electoral de 1995 ampliar su término municipal robándole suelo a Mijas, la respuesta del entonces primer edil socialista de la villa vecina no se hizo esperar: envió a la popular un bote con tierra y una nota que decía "este es todo el suelo nuestro que vas a tener". Cinco años más tarde y aunque los límites del municipio no han variado, la alcaldesa, ha cesado en su afán expansionista. Fuengirola es una ciudad sin suelo. Tiene un término municipal de poco más de 10 kilómetros cuadrados, uno de las más pequeños de Andalucía, pero con una diferencia: mientras en otros de igual tamaño caben un máximo de 5.000 personas, aquí hay hueco para 50.000 -8.000 de los cuales son extranjeros- y para multiplicarlo por más de dos en verano. Su estrechez llega a tal extremo que comparte la calle La Unión con Mijas. La policía local de ese municipio patrulla en una acera, la de Fuengirola en la otra; un camión de ese ayuntamiento se lleva la basura de una acera, uno del otro, la de enfrente. Oña sabe lo que es estar atrapada entre Mijas, Benalmádena y el mar: "Gobernar una ciudad así es muy difícil. Hay proyectos que nos gustaría hacer pero que no podemos porque simplemente no caben. Si tienes suelo puedes generar plusvalías, licencias de obras. Pero si no lo tienes no puedes". Por eso no entiende por qué el GIL se presenta por primera vez en el municipio. "Su política es muy especulativa", dice dando por sentado que allí no hay con qué especular y añade que la única explicación posible es "que quiera conseguir votos para la diputación y de ahí favorecer a Marbella". Fuengirola vive de los foráneos: de los turistas y de los municipios colindantes a los que presta sus servicios. En invierno los bloques de hoteles y de apartamentos en primera línea de mar se llenan de jubilados nacionales y extranjeros (sobre todo holandeses, escandinavos y recientemente también de canadienses). En verano, el turismo que recibe el municipio rejuvenece y es, según la Asociación de Empresarios Hosteleros de la Costa del Sol (AEHCOS), de tipo familiar. El nivel de ocupación de las 8.000 camas con las que cuenta, fue de casi el 83% el año pasado, el más alto de la Costa del Sol. Todos los grupos políticos están de acuerdo en que el futuro de Fuengirola pasa por elevar el nivel adquisitivo de los turistas -caber, ya no caben más-. Pero las discrepancias surgen a la hora de ver si están en el camino. Si para Oña, fiel en la palabra a su partido, "España va bien y Fuengirola va mejor", para el candidato del PSOE Salvador Moreno, las obras de la última legislatura han sido fruto de "una política de escaparate sin un modelo claro de ciudad", o se reducen a "un mero embellecimiento", según Miguel López, el de IU. Oña esgrime como obras emblemáticas de su legislatura la construcción del paseo marítimo y su iluminación, la remodelación de la mitad del acerado del municipio. También una larga serie aún por finalizar: la del río de la ciudad, el Plan de Excelencia Turística, que incluye un parque fluvial, un museo de artes populares y la recuperación de dos kilómetros de la antigua nacional 340 para convertirla en una avenida urbana. "Así hasta 27 grandes obras", comenta. A esta lista hay añadir una serie de iniciativas "muy vistosas que se han quedado en nada", según la oposición, y que Oña no hizo ningún asco a la hora de presentar: convertir Fuengirola en una ciudad monumental con reproducciones en pequeña escala, un tropicarium y hasta un parque temático en el Castillo de Sohail. Las que se han hecho han sido, según la oposición, a costa de "fundirse el patrimonio público" -el Ayuntamiento aún tiene 150.000 metros cuadrados de suelo, según el PP- y de endeudarse "hasta las cejas". La deuda del Ayuntamiento asciende a unos 10.000 millones de pesetas, según Oña, y a 12.500, según PSOE e IU. De ellos 9.000 según la alcaldesa y 8.000, según la oposición, son heredados de la anterior legislatura socialista. En cualquier caso es un dato que los dos partidos han pedido sin éxito a la primera edil. Que se haya guardado este secreto en las arcas municipales es, según la oposición, tan sólo una muestra de la "falta de transparencia" y del "retroceso en las conquistas democráticas" que ha sufrido Fuengirola con el PP. Pero Oña lo tiene claro: "Si quieres enterarte bien de lo que pasa en la ciudad la oposición no es el canal adecuado, porque son destructivos".

La alcaldesa Oña intentó sin éxito ampliar su término municipal robándole terreno a la vecina Mijas

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