Molins admite que puede pactar con el PP para obtener la alcaldía
El candidato de Convergència i Unió (CiU) a la alcaldía de Barcelona, Joaquim Molins, enseñó ayer las cartas que hasta ahora sus estrategas sólo mostraban en privado: para llegar a ser alcalde de Barcelona y desbancar al socialista Joan Clos, a Molins sólo le queda la opción de pactar con el Partido Popular (PP). El candidato de CiU trató de desmontar los "clichés" que, a su juicio, pesan erróneamente sobre los conservadores y, paradójicamente, anunció que en su campaña apelará al "voto útil" catalanista.
Molins, que dio ayer una conferencia en la agencia Efe, dejó abierta la posibilidad de pactar con el PP, a pesar de que hasta ahora ningún dirigente de la coalición lo había admitido públicamente. El alcaldable convergente descalificó al Partit dels Socialistes (PSC) y descartó cualquier alianza con Esquerra Republicana-Els Verds porque "su candidato ya ha dicho que prefiere pactar con Joan Clos". Al mismo tiempo, dejó claro que CiU sólo pactará con la condición de que él sea alcalde, incluso en caso de que la suya no sea la lista más votada. Teniendo en cuenta que todos los sondeos coinciden en señalar que el PSC será la lista más votada, a CiU tan sólo le queda la opción del PP para conquistar la alcaldía. Además, la candidatura conservadora la encabeza Santiago Fisas. Ambos coincidieron en el Centre Català a finales de los años setenta y mantienen una buena amistad personal. Molins afirmó que, tras las elecciones del 13 de junio, su formación no se dejará llevar por los "clichés" que sitúan al PP como el partido menos catalanista y lanzó una lanza en favor de los conservadores: "Con el Partido Popular en el Gobierno de Madrid hemos conseguido para Cataluña cosas que siempre nos negó el anterior Ejecutivo socialista", afirmó. De hecho, Molins fue uno de los artífices del pacto de legislatura que CiU suscribió con el PP en 1996. En aquella ocasión, los nacionalistas catalanes basaron la campaña de Joaquim Molins en el choque con el PP, que se sintetizó en un rotundo Plantarem cara que al final condujo al pacto. Clichés en la izquierda La dirección de CiU trabaja con la hipótesis de extender la experiencia de aquel pacto a la capital de Barcelona, que desde la recuperación de las instituciones democráticas ha estado gobernada siempre por la izquierda. Los estrategas convergentes sopesan, no obstante, conseguir la alcaldía mediante una moción de censura después del otoño -siempre que entre CiU y el PP obtengan la mayoría absoluta- para no perjudicar las expectativas de la coalición en las elecciones autonómicas. Molins extendió ayer su denuncia de los "clichés" que existen sobre los partidos al Gobierno municipal de Barcelona, que en su opinión no ha hecho políticas de izquierdas: "Ni por el diálogo, ni por la participación ni por la política de vivienda podemos afirmar que se trata de un Gobierno socialista", aseguró. Molins no consideró incompatible su apelación al voto útil catalanista con el guiño que hizo al PP con vistas a un futuro gobierno municipal. Según su razonamiento, en las próximas elecciones sólo hay dos candidatos con opciones de ser alcalde: Clos y él mismo. En su opinión, ello traza una línea divisoria básica entre las candidaturas que se presentan a los comicios: "El alcalde será un socialista o un catalanista; no hay más posibilidades", afirmó Molins. En esta tesitura, dijo, sólo CiU garantiza el voto por un alcalde catalanista porque ERC ha anunciado que apoyará la continuidad del actual Gobierno progresista. En 1995, ERC pactó con el PSC e IC, aunque perdió después su representación en el consistorio tras la escisión que sufrió en 1996.
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