Tarde de goles en El Madrigal

El Betis también se aprovechó de la caída libre del Villarreal. Con muy poco, le bastó al conjunto de Clemente para llevarse un triunfo intrascendente para el Betis, pero una derrota hiriente para el Villarreal, que no sabe cómo meterle mano a su depresión. Los nervios atenazaron nuevamente al equipo castellonense, que si no está ya en Segunda en por deméritos del Tenerife y del Salamanca. El Betis llegó con lo puesto al Madrigal, sin sus primeros actores y sin nada que jugarse, pero consiguió sacar petróleo de sus ataques. Sin mucho esfuerzo, la verdad, pues el Betis, a pesar de lo que diga el marcador, no hizo un partido memorable, sino más bien correcto. Acertado, si se quiere. Efectivo. Lo suficiente para hacer sangrar a la defensa del Villarreal, que levanta un ay en las gradas del Madrigal cada vez que el equipo rival se digna a atacar. Un coladero, vamos, que contribuye a una cifra elocuente: el Villarreal no ha ganado en los últimos 13 partido de Liga. Esta vez no fue Palop, sino su defensa la que hizo aguas. Y también el centro del campo, que ni crea ni destruye, ni nada. Sólo cuando acuciado por los dos goles en contra el técnico local, José Antonio Irulegui, se quitó el corsé y dio paso a Moisés y Gaitán, el Villarreal apuntó una reacción que llegó tarde. El Betis, en fin, supo aprovechar las escasas llegadas al área del Villarreal para conseguir un resultado que sólo le sirve para mejorar las estadísticas. Y las de Clemente.El Villarreal tuvo un comienzo brioso. Aunque efímero. La primera aproximación del Betis puso en evidencia a la defensa amarilla, que vive en estado de ansiedad permanente. Juan Jesús, el joven canterano que debutaba como titular en el Betis y que causó una buena impresión, se llevó a trompicones el esférico, entró hasta la cocina de Palop y marcó cruzado. Era el minuto nueve. En el 18, más de lo mismo. Gálvez, solo en el punto de penalti, aprovechó un centro de Luis Fernández. Segunda llegada al área de Palop, segundo gol.

Nueva oportunidad perdida por el Villarreal, que ve alejarse la salvación directa y puede peligrar incluso su puesto en la promoción por la permanencia. Suerte que quedan tres jornadas. Porque este equipo está en plena caída libre. Sólo ha ganado un partido en toda la segunda vuelta (ante el Valencia, el 14 de febrero). Y ya ha llovido.