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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Memorias de plomo

El País

EL PRIMER ministro D"Alema aseguró ayer a sus compatriotas que los años de plomo no regresarán a Italia. La policía cree tener motivos fundados para considerar que el asesinato a balazos, en una calle de Roma, de Massimo d"Antona, un alto asesor del Gobierno, es obra de las Brigadas Rojas, el grupo terrorista de extrema izquierda desaparecido hace 11 años y que sembró el luto en Italia en los setenta y ochenta. Las Brigadas han reivindicado el atentado en un largo comunicado al periódico Il Messaggero; y la titular de Interior, Rosa Russo, cree que la planificación minuciosa del crimen y su estilo profesional recuerdan inequívocamente los métodos de los "años terribles".El asesinato de D"Antona, uno de los arquitectos de la concertación social, ha causado un efecto helador en un país que no conocía un crimen político desde 1988. La muerte de D"Antona es calcada de otros asesinatos y atentados cometidos hace muchos años por el grupo ultraizquierdista que en 1970 creía inminente el estallido revolucionario. El patrón era con frecuencia el mismo: víctimas no famosas, pero con cometidos importantes en el Gobierno o los sindicatos. Italia fue puesta al borde del abismo en esas décadas por la estrategia de la tensión neofascista y los atentados brigadistas. El asesinato de Aldo Moro en 1978 significó el comienzo del fin para las Brigadas, cuyos principales teóricos y pistoleros acabaron en la cárcel. Renato Curzio, uno de sus fundadores, alterna hoy la prisión atenuada con su labor de conferenciante.

Un informe de los servicios secretos al Parlamento italiano señalaba hace unos meses como muy probable la reaparición del terrorismo de extrema izquierda, diagnóstico coincidente con el de algunos de los jueces que cerraron los últimos grandes procesos contra la guerrilla urbana. El hecho de que el asesinato de D"Antona haya sido precedido por una serie de atentados incendiarios contra sedes del partido heredero del viejo PC -al que pertenece el primer ministro y al que estaba afiliada la víctima- y vehículos de la base de la OTAN en Aviano sugiere a otros que el ambiente de crispación producido por la vecina guerra en los Balcanes no es ajeno al incipiente resurgimiento del terror en Italia. Una parte importante del documento en el que las Brigadas asumen el asesinato está dedicada al análisis del conflicto serbio.

Si la investigación confirma el renacimiento de las Brigadas Rojas, Italia tendrá motivos para preocuparse. Sin embargo, el tejido político y social que debe responder ahora a este ataque directo contra el sistema democrático es mucho más consistente y saneado que el de los años de plomo. El jefe del Gobierno, Massimo d"Alema, ha sido tajante en su no volverán.

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