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Entrevista:ROSA MONTRABÀCANDIDATA DE CiU

A la sombra del patriarca

Telm Zaragoza, de 75 años, ha sembrado filias y fobias durante sus 18 años al frente de la alcaldía de Tossa de Mar. Popularizado por su radical aversión a las corridas de toros, que encauzó a través de la primera declaración de municipio antitaurino de España, su estilo personal de entender la política municipal no ha podido escapar a las polémicas. Su gestión ha dejado una profunda huella que cualquier aspirante a ocupar su lugar no puede pasar por alto. Después de que el veterano político anunciara su retirada, Rosa Monrabà, de 51 años, se puso al frente de la lista de Convergència i Unió (CiU), no sin antes recibir el visto bueno del patriarca. Sus opositores aluden a la falta de liderazgo del nuevo proyecto y le recuerdan que "la sombra de Telm es alargada". Ella asegura que el lema con el que ha hecho prosperar durante 30 años su restaurante de la Vila Vella bien puede valer para orientar su acción como alcaldesa: "Descubrir los deseos de la gente y servir". La candidata nació en Bellvís (Pla d"Urgell), en el seno de una acomodada familia de agricultores. Decidió abandonar sus estudios de bachillerato cuando en una fiesta mayor conoció al que poco después se convertiría en su marido. Éste, originario de Barcelona, tenía un negocio de hostelería en Tossa. "Vine a trabajar aquí a los 19 años y realicé mis primeros pinitos como hotelera", recuerda Monrabà, y destaca que, a pesar de no dominar ningún idioma, aprendió "los números" en una semana. Treinta años después, domina el inglés, el francés y el alemán, y siempre sabe encontrar la palabra justa para encandilar a su clientela multinacional. El municipio, con unos 3.700 habitantes que ascienden hasta 35.000 durante la época veraniega, ha hecho bandera del tipismo. Sus pulcras callejas empedradas y colmadas de macetas floridas constituyen el decorado idóneo para que el visitante tenga la sensación de haber franqueado la muralla de un pueblo de cuento de hadas. "Aquí vivimos en una especie de vacaciones permanentes. Intentamos comunicar una actitud positiva y que la gente se deje sus problemas fuera", explica la candidata. No es difícil teniendo en cuenta que Tossa presenta una de las rentas per cápita más elevadas de España. Monrabà se afilió a Convergència Democràtica (CDC) en 1987 y no fue hasta 1991 cuando entró en la lista de CiU, en uno de los últimos lugares. En las elecciones de 1995 subió al séptimo lugar y quedó a unos pocos votos de convertirse en concejal. Admite que su reciente designación como candidata ha sorprendido a más de uno y ha dejado de lado a otros aspirantes al puesto. "Quizá hubiera preferido que se celebraran unas primarias con otros candidatos para que quedara más claro el apoyo con el que cuento", reconoce la alcaldable. Monrabà consiguió el visto bueno del actual alcalde en una reunión que califica de "emotiva". Zaragoza le asió firmemente la mano y le preguntó si estaba segura de su decisión; ante la respuesta afirmativa de ella, el veterano alcalde le infundió ánimos y le espetó: "¡Adelante!". La candidata asegura que "una fuerza interior" la impulsa a hacerse con la alcaldía. "Con el apoyo de Telm ya tenía mucho terreno ganado", admite. El respeto de los militantes por las decisiones de Zaragoza llega hasta el punto de que la candidatura opositora optó por retirarse sin entrar en liza. La candidata, de profundas convicciones católicas, participa siempre que puede en la tradicional romería mariana del Pelegrí de Tossa, una peregrinación de ida y vuelta a Santa Coloma de Farners en la que muchos participantes aprovechan para pedir favores a la Virgen. Monrabà no le ha pedido ganar las elecciones porque asegura que sólo participa para dar gracias por todo lo que ya tiene y todo lo que ha recibido. La candidata rebate las críticas que se hacen a la gestión del actual alcalde: "Se ha creado muchos enemigos, pero ese es el resultado de estar durante años, las 24 horas del día, en el ojo del huracán". Su identificación llega hasta el punto de citar a Zaragoza como uno de sus referentes políticos junto al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el consejero Xavier Trias.

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