Italia pide el fin de los ataques a Yugoslavia sin condiciones previas

El primer ministro italiano, Massimo d"Alema, sembró ayer nuevas dudas y divisiones en la OTAN al proponer en Bruselas, ante el secretario general de la organización, Javier Solana, un alto el fuego prácticamente incondicional. Los bombardeos se interrumpirían, según D"Alema, sin esperar a que el Consejo de Seguridad de la ONU apruebe antes un acuerdo de paz y sin exigir una previa retirada de tropas serbias de Kosovo. Sin referirse expresamente a esta propuesta, Clinton se pronunció ayer en contra de tal iniciativa.

D"Alema dijo que el alto el fuego debería entrar en vigor "en cuanto haya un acuerdo que pueda ser presentado al Consejo de Seguridad". La suspensión de los bombardeos serviría, según el primer ministro italiano, para discutir ese proyecto en la ONU, comunicárselo a Slobodan Milosevic y darle tiempo a éste para aplicarlo. Solana declaró que esta iniciativa "no es contradictoria con la posición tradicional de los aliados ni con la actual actividad diplomática". El presidente Clinton, sin embargo, insistió en que los bombardeos no deberían detenerse hasta que Milosevic cumpla las condiciones esenciales, que él redujo a tres: comienzo de la retirada de Kosovo, regreso de los refugiados y despliegue de una fuerza internacional. Al comienzo de la guerra, el 24 de marzo, la OTAN exigió cinco condiciones para un alto el fuego, que incluían, además de las tres mencionadas por Clinton, el cese de la represión en Kosovo y la negociación sobre la autonomía en el marco de los acuerdos de Rambouillet. La OTAN había exigido también hasta ahora que sus fuerzas fueran "el núcleo" de las unidades internacionales que protegerían a los refugiados. En los bombardeos de la madrugada de ayer fue alcanzado un hospital de Belgrado -donde murieron cuatro personas- y resultaron ligeramente dañadas la Embajada de España y la de Suecia.