Yllana presenta en San Sebastián su humor más negro con "666"

La compañía madrileña Yllana ha preferido arriesgar en humor negro, a riesgo de excederse, antes que quedarse corta. Y parece que ha acertado, a tenor del éxito que ha cosechado su tercer y diabólico montaje 666 en distintas salas de España. La historia de cuatro reclusos confinados en una cárcel de alta seguridad sirve a este grupo para aproximarse, en clave de comedia, a temas como la violencia, la maldad humana o la pena de muerte. "El espectáculo bordea la línea que separa el humor del mal gusto", dijo ayer el director de la compañía, David Ottone. El público puede juzgarlo por sí mismo desde ayer y hasta el próximo domingo en la casa de cultura de Lugaritz de San Sebastián (20.30). La obra se estrenó el pasado 16 de septiembre en la Muestra Internacional de Mimo de Sueca (Valencia), único festival dedicado al género en España. Más tarde recaló en Madrid y consolidó su éxito permaneciendo en cartel durante tres meses. 666 fue la única obra junto con Arte, de Yasmina Reza, que colgó el cartel de completo y dejó en la calle a cientos de espectadores. Funcionó el boca a boca, como en el resto de sus espectáculos. Yllana ha mostrado en sus tres montajes una inclinación natural por llevar el lenguaje gestual al límite del absurdo. En esta ocasión se enfrentaba a un reto mayor, según Ottone: "Hacer comedia sobre un tema que a priori no es en absoluto cómico". La compañía madrileña profundiza así en los límites del humor en su búsqueda permanente por establecer una comunicación ágil con el público. 666 convierte al espectador en cómplice de la ejecución de los cuatro presos, dentro de un espectáculo donde lo visual cobra gran importancia. Esta obra llega después de que ¡Muu! y Glub, glub situaran a Yllana, fundada en 1990, en lo alto del panorama de la comedia española. Sus integrantes prometen que 666 es la pieza más redonda de su carrera, en la que persisten elementos que han definido su trayectoria: el lenguaje gestual y físico de los actores, que ha hecho esbozar una sonrisa a los espectadores en Argentina, Mozambique o Alemania.