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Pequeñeces

Tereixa Constenla

DE PASADACada quien disfruta de sus grandes miserias y sobrelleva como puede sus pequeños placeres. El periodista Carlos Herrera acaba de presentar un libro que no entra en las miserias y se explaya sobre los placeres. Herrera, que dirige Las mañanas de Radio 1, confiesa -es de suponer que con sumo placer- que, entre las cosas que le disparan el estado individual del bienestar a cotas inaccesibles, se encuentran "el sagrado placer de la siesta", la relectura de libros amados, comprar el pan los domingos por la mañana, cometer "fullerías" para ganar a las cartas o independizarse de los zapatos "al final o en medio" de una jornada. Su catálogo individual contiene más motivos placenteros, que van desde la categoría de rarezas intransferibles (ver el festival de la OTI) a lo políticamente incorrecto desde que Occidente descubrió el origen de las convulsiones bélicas de Bill Clinton (fumarse un puro). En la categoría costumbrista se encuadrarían el placer que le produce al periodista montar un belén, empezar un jamón o mojar pan con aceite. Y escalofriante su querencia por el tren, si se compara con lo que tardan los vecinos de Algeciras en llegar por este medio a Madrid (nueve horas) o los de Almería cuando se montan en un expreso que conserva más semejanzas con la primera locomotora que estrenó el trayecto Linares-Almería que con el Euromed al que aspira el Sureste español. Lo del amor por el ferrocarril tampoco debe ser compartido durante estos días por la alcaldesa de Málaga, Celia Villalobos, aprisionada entre la fidelidad hacia las siglas del Gobierno o la buenaventuranza de los malagueños. Más que en la categoría de pequeños placeres, lo del AVE Córdoba-Málaga está a punto de entrar en la división de grandes miserias políticas. Otra estampa de dudosa clasificación fue el gusto morboso de los periodistas que acudieron ayer a la presentación del sorteo especial de lotería Campeonato del Mundo de Atletismo. En estas fechas de difícil convivencia política, el juego obró el milagro de juntar, codo con codo, a la alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, con uno de los aspirantes a su puesto, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín. La alcaldesa, despues de saludar con un beso a los responsables del Organismo Nacional de Loterías, se limitó a estrechar la mano de su adversario. Monteseirín, por su parte, no entró en el ayuntamiento hasta que no le abrieron la puerta principal. Cada uno elige sus placeres, incluso los pequeños. TEREIXA CONSTENLA

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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