Espera feliz en Birmingham
Marcelino: "Vieri es un gran jugador, pero estamos acostumbrados a Rivaldo, Kluivert, Raúl..."
El Mallorca transmite felicidad. Se sabe en el episodio más importante de su historia y, aunque responsabilizado por ello, lo que desprende principalmente es entusiasmo. El Lazio, por el contrario, parece distraído, forzado a dedicar demasiado tiempo a declarar olvidados sus repentinos problemas ligueros, a jurar ante su prensa que su cabeza no procesa el desastre del sábado sino las ganas por conquistar hoy su primer título europeo. Ambos conjuntos se medirán esta noche en el Villa Park (20. 45, TVE 1), un escenario mítico que albergará la que pasará a la posteridad como última final de la Recopa. El Mallorca siente cerca la oportunidad de su vida; el Lazio, la imperiosa obligación. Diferentes matices para interpretar un mismo acontecimiento.Desde lo anímico y lo espiritual, el Mallorca parece en ventaja. Más centrado que su rival y con la fe por las nubes. Si se trata de desmentir los pronósticos que sitúan al Lazio y su inagotable nómina de futbolistas como probable campeón, Héctor Cúper, el entrenador del milagro mallorquín, no titubea: "Lo que me importa es nuestro favoritismo interior. Nosotros sí estamos convencidos de que podemos ganar". Si consiste en mantenerse firme ante el repaso de las cualidades del rival, los jugadores tampoco lo dudan. "Vieri es un jugador de una gran calidad individual, de talla", reconoce Marcelino, "pero estamos acostumbrados a jugar contra Rivaldo, Kluivert, Raúl y gente así. Y somos el equipo menos goleado de la Liga, de la mejor Liga. No, no tenemos miedo a nadie".
Lazio: Marchegiani; Pancaro, Nesta, Mijailovic, Favalli; Sergio Conceiçao, Almeyda, Mancini, Nedved; Salas y Christian Vieri
Mallorca: Roa; Olaizola, Marcelino, Siviero, Soler; Lauren, Engonga, Ibagaza o Soler, Stankovic; Dani y Biagini.
Héctor Cúper lo tiene todo programado. No quiso avanzar su contenido, pero desveló que hasta tiene una frase talismán preparada para susurrar a sus jugadores en el último momento, justo antes de saltar al campo. Antes, a las 9.30, les hará desayunar a cada uno en su habitación; a las 11.00 horas les someterá a una sesión de vídeo sobre el rival y, por último, a las 16.45 les reunirá para anunciarles la alineación y contarles todos sus planes para el partido.
Pese a que del Lazio llegan noticias sobre un revuelo ofensivo en su alineación, Cúper desconfía. Y por ahí, pronostica que el partido puede convertirse en una curiosa y extraña batalla por no tener la pelota. "El Lazio, como nosotros, tampoco es de tener mucho el balón. Cuenta con muy buenos lanzadores desde atrás para Vieri, Mancini o Salas. Sabe explotar el contragolpe y manejar espacios. En cuanto a deseo de pelota, el duelo estará bastante parejo. Y a mí, si me la regalan, la quiero. Pero depende en qué lugar. Si nos la regalan en determinado lugar, les diremos no, mire, aquí no la queremos, porque nos la concederán por algo. Nosotros también se la concedemos por algo en algunas zonas y también nos dirá el Lazio que no la quiere". El choque, pues, huele a táctica que echa para atrás.
Las finales son los acontecimientos que tal vez más individualidad reclaman. Son jugadores aislados los que a la postre las suelen desequilibrar. Por ahí, en el Mallorca, todas las miradas señalan a Dani y Stankovic, los más capacitados para cargar finalmente con el equipo, para dejar gestos de futbolista grande, y, al menos de boca, asumen el desafío. Pero por encima de cualquier otra cosa en el Mallorca sigue asomando la palabra equipo, grupo, colectivo. "El Mallorca va a ponerse a trabajar más en equipo que nunca", dice Cúper. "Si hay que tirar del equipo, tiraré, pero lo principal es el juego de equipo, el bloque", sostiene Dani. Y Stankovic lo suscribe: "Todo lo que hemos logrado en estos dos años fue por trabajar como grupo. Seguro que el Lazio tiene más y mejores individualidades, pero nosotros, como equipo, somos mejores".
Desde la individualidad, los dos conjuntos recelan en yugoslavo. El Lazio, por Stankovic, el zurdo de oro del Mallorca, al que tanto Goran Eriksson como el propio Iván de la Peña señalan como el mejor futbolista de un rival, el isleño, al que también le reconocen un poder defensivo tan extraordinario como preocupante, y al que Nesta atribuye otra virtud: "El Mallorca corre mucho". Y el conjunto balear tiembla también en el mismo idioma, en yugoslavo. Por Mijailovic, "un tirador de faltas y córneres extraordinario", en palabras de Cúper, "que posee gran pegada y una capacidad para darle un efecto a la pelota muy difícil de contrarrestar". Por eso, una de las prioridades del cuadro balear será intentar no cometer infracciones en cerca del área. Por lo demás, 6.500 aficionados acompañarán al Mallorca, unos 2.000 menos de los que arroparán al Lazio. En caso de empate, al tratarse de una final, se aplicará el gol de oro en la prórroga.
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