El partido dividido
La primera variante es la benévola. Los Verdes han llegado al Gobierno. Después de un trabajoso debate, en el congreso de su partido han aprobado una moción cuyo objeto es apoyar a su principal líder en la medida en que eso es posible en un partido de orientación pacifista. La fundamentación moral de esa moción, enfrentarse a la actividad criminal del presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, no se pone en tela de juicio. (...) Después del fracaso de las negociaciones de Rambouillet no quedaba más posibilidad que los ataques de la OTAN si no queríamos asistir impávidos a la expulsión y asesinato de los albanokosovares. El congreso de Los Verdes, por tanto, rechazó el fin incondicional de los ataques de la OTAN. (...) Sin embargo, existe otra interpretación de lo ocurrido en el congreso de Los Verdes. El partido en el Gobierno que representa el ministro de Exteriores del mayor miembro europeo de la OTAN se ha enfrentado en un punto esencial a la Alianza Atlántica, al Gobierno federal alemán, al vicecanciller alemán y al ecologista más poderoso de Alemania. Con palabras cautas, pero inequívocas, se exigió a Fischer una suspensión transitoria de los ataques de la OTAN contra Yugoslavia. Fischer está en contra, el canciller Schröder está en contra, los presidentes de EE UU y de Francia están en contra y también lo está el primer ministro británico. (. . .) Si las voces que están en contra de la línea gubernamental siguen siendo tan numerosas y tan audibles como lo son ahora, Los Verdes sólo podrán mantenerse en la coalición en el poder si buena parte del partido se separa de ellos. . , 15 de mayo
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.