El Mallorca, con esperanzas a pesar de la entidad del rival
El Mallorca llegó ayer a Birmingham sin más novedad que un duro aterrizaje y una recogida de equipajes esperpéntica, sobre la misma pista, soportando un viento congelador. El caso es que llegó a la ciudad donde va a disputar su primera final europea, y lo hizo sin bajas y con la ilusión intacta. El mensaje que transmitía la expedición ya desde su salida de Mallorca era de esperanza. Todos concedían galones al Lazio. Admiten favoritos a los italianos, pero están tan acostumbrados a desmentir pronósticos los baleares -llevan haciéndolo con tanta insistencia durante los últimos dos años- que no renuncian al título. Al contrario, se agarran a él apoyándose en el mal momento actual que le atribuyen al rival, tanto en lo anímico, tras la pérdida del liderato el pasado sábado, como en lo futbolístico, sin el juego suelto y letal de hace meses.Y a la espera de concretar el plan definitivo para la reunión de mañana, a la expedición del Mallorca se le ve muy avisada principalmente de un aspecto: la fortaleza a balón parado del conjunto romano.
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