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Locos por Antonio

No hay quien se resista a los encantos de Antonio Banderas. Ni siquiera la encallecida clase política, que parece convencida de que los favores del popularísimo actor malagueño pueden pesar mucho en la pelea por el voto. Antes ha servido para promocionar el jamón y el aceite de oliva, o para significarse en sí mismo como genuino producto andaluz; ahora los candidatos suspiran por retratarse con él o por usar su foto, aunque sea sin permiso expreso, en los carteles electorales. Cuando Celia Villalobos tomó posesión como alcaldesa en junio de 1995, en medio de los preparativos de la Feria de Agosto, pensó en Banderas como pregonero. Pero la agenda del actor no permitía tanta improvisación. La alcaldesa prometió que el año siguiente sí lo conseguiría. Pero no pudo ser: ni en el 96, ni en el 97, ni en el 98. Ahora es el Festival de Cine Español de Málaga, cuya segunda edición se celebrará entre el 28 de mayo y el 6 de junio, y que tiene a Banderas como presidente de honor. Las muchas ocupaciones del actor afincado en Hollywood volvieron a impedirle asistir el año pasado. Y esta vez la organización, es decir, el el Ayuntamiento no está por aguantar otro plantón. La cosa es que Banderas ya ha advertido que sus obligaciones de rodaje en Dallas, donde participa en una película sobre uno de los históricos combates de boxeo entre Holyfield y Mike Tyson, tampoco le dejarán venir a Málaga. Fuentes cercanas al actor han reconocido que la organización del festival está haciendo mucha presión para contar con su presencia en la inauguración del certamen, una vez fracasado el intento de estrenar en Málaga su primera película como director, Crazy in Alabama. Pero Banderas no sólo es objeto de deseo para Villalobos. El PSOE también lo quiere, y se atribuye además una mayor proximidad ideológica al actor. De hecho, la imagen del actor aparece ya en unos carteles críticos con el PP que han editado las Juventudes Socialistas de Málaga, que comparte con otra actriz malagueña con gancho, María Barranco. A ninguno de los dos les pidieron permiso para ilustrar con sus caras el descontento de los jóvenes socialistas con las políticas de empleo del PP, que, según se dice en el cartel, tienen en el paro a muchos jóvenes excepcionales. "Antonio es simpatizante nuestro, y María firmó el manifiesto de Nueva Izquierda", dijo Emilio Rojas, secretario de juventud de la ejecutiva municipal. "No les hemos preguntado nada; entendemos que nos apoyan tácitamente". La familia del actor elude pronunciarse en temas políticos y opta por el silencio más discreto. Desde el desierto tejano, las cosas se ven de otro modo.

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