La retirada de tres candidatos deja a Barak como favorito y único rival de Netanyahu
La retirada en cadena de tres candidatos a primer ministro en las elecciones que hoy se celebran en Israel -el árabe Azmi Bishara, el centrista Isaac Mordejai y el ultraderechista Beni Beguin- deja frente a frente al aspirante laborista, Ehud Barak, y al líder del conservador Likud, Benjamín Netanyahu. La simplificación de las opciones electorales, que quedan reducidas a sólo dos candidaturas, anula de hecho la segunda vuelta de los comicios, prevista para el 1 de junio, y favorece el triunfo de la coalición de izquierda, Un Israel, de Barak, a quien los sondeos asignaban ayer el 55% de los votos.
A partir de mañana, Israel puede estar gobernado por la izquierda. "Esta mañana he llegado a la conclusión de que debía renunciar a mi candidatura a primer ministro", anunció ayer Isaac Mordejai, líder del Partido de Centro, en medio de una salva de aplausos de los seguidores y militantes de su organización, que en las últimas horas habían estado reclamando su retirada para facilitar el triunfo de la izquierda encabezada por Barak.Mordejai, de 55 años, que en enero había abandonado en medio de una tempestad política el Ministerio de Defensa del Gobierno del Likud, decidió sacrificar a su partido para impedir el triunfo de la derecha de Netanyahu y hacer avanzar a su país en el camino del proceso de paz con los palestinos.
"Hay que cambiar el poder en Israel. Creo que Ehud Barak, a pesar de sus limitaciones, tiene las cualidades y la experiencia suficientes como para convertirse en primer ministro", afirmó Mordejai acompañado por la cúpula de su partido, como el exalcalde de Tel Aviv, Roni Milo; Dalia Rabin, hija del primer ministro laborista Isaac Rabin, asesinado en 1995; el exministro de Hacienda del Likud Dan Meridor, y el exjefe del Estado Mayor del Ejército, también con el Likud, Amon Lipkin-Shahak. La decisión de Mordejai fue larga y dolorosa. La había tomado el sábado por la noche en solitario, tras conocer la retirada del aspirante árabe Azmi Bishara, de la Alianza Nacional Democrática, que había decidido anular su candidatura para facilitar el triunfo de Barak y la derrota de Netanyahu. Mordejai comunicó su decisión a su amigo y colaborador Amon Lipkin-Shahak, quien había acudido esa misma noche a su casa. Los dos pactaron guardar silencio hasta el día siguiente para poder comunicar oficialmente la retirada al resto de la dirección del partido y a la opinión pública.
El anuncio de la renuncia de Mordejai provocó ayer una sensación de alivio entre los militantes y seguidores del Partido de Centro, que en los últimos días habían reclamado su retirada para no entorpecer la victoria de Barak. El último en presionarle había sido Yubal Rabin, hijo del asesinado primer ministro, quien, al igual que su hermana Dalia, había decidido romper la tradición familiar y abandonar el Partido Laborista. "Voy a votar por Barak", le había anunciado Yubal Rabin a Mordejai, al tiempo que le notificaba que otros activistas de la formación centrista harían lo mismo.
El tercer candidato en retirarse fue el líder del Partido de la Unidad Nacional (extrema derecha), Beni Beguin, quien ni siquiera recomendó el voto a favor de Netanyahu. El hijo del exprimer ministro conservador Menájem Beguin, que firmó hace 20 años el primer acuerdo de paz de Israel con un país árabe, Egipto, dimitió hace dos años de su puesto de ministro de Ciencia del Gobierno de Netanyahu en protesta por los acuerdos de Hebrón.
La retirada de los tres candidatos a menos de 24 horas de las votaciones deja a sólo dos aspirantes a primer ministro: Barak y Netanyahu, y anula además la posibilidad de una segunda vuelta electoral.
El que consiga en los comicios de hoy el 50% más uno de los votos será el nuevo primer ministro. Según los últimos sondeos, Barak será el ganador, ya que tiene en el bolsillo el 48% de los votos de su partido, a los que hay que sumar el 2%-3% procedente del candidato árabe retirado y otro 5% de Mordejai, mientras Netanyahu se sitúa en un 42%.
La elección de primer ministro polariza a la sociedad
Las elecciones a primer ministro dividirán hoy en dos a Israel. Detrás de cada una de las candidaturas -la del conservador Benjamín Netanyahu y la del laborista Ehud Barak- se encuentran dos concepciones antagónicas sobre el proceso de paz con los palestinos, el principal problema que tiene el país en este momento y que ha sido estratégicamente escamoteado y silenciado en la campaña para no ahuyentar al electorado. Ayer, sin embargo, último día de propaganda electoral, el debate sobre el proceso de paz irrumpió con fuerza."Quien vota por Barak vota por la claudicación", aseguró ayer el primer ministro Netan-yahu y candidato a la reelección por el Likud en unos de sus últimas reuniones con la prensa. Rojo de ira, efectuaba un penúltimo intento por desacreditar la candidatura del líder laborista, aunque para ello fuera necesario aludir a la conciencia nacional-religiosa y recurrir al proceso de paz.
Netanyahu aseguró que los laboristas entregarán Israel al pueblo palestino. "Ellos
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