Tres mañanas perdidas

¿Le parece a usted lógico, normal, aceptable que para conseguir (o renovar) la tarjeta de residente comunitario uno tenga que perder tres mañanas de trabajo (cuatro en caso de no saber de antemano qué documentos hay que presentar)?Primera mañana: dedicada a ponerme en cola a las ocho y media delante de la comisaría de Tetuán (el único sitio en todo Madrid donde el documento puede conseguirse, cuyas oficinas abren a las nueve) para coger el número que un hombre va repartiendo (como sólo hay 50 números, cuanto antes uno llegue mejor, y si hay mucha gente, ¡hasta mañana!); esperar varias horas antes de ser atendido; entrar dos minutos en una oficina para entregarle en mano a una señora unos papeles que hubiera dado igual echar a un buzón y recibir un resguardo de solicitud y una carta de pago.

Segunda mañana (20 días después): dedicada a una espera de entre media hora y una hora para poner dos huellas dactilares y dos firmitas, entregar la carta de pago pagada y dos fotografías (las primeras dos ya se habían entregado en la primera cita).

Tercera mañana (un mes después): dedicada, por fin, a recoger la dichosa tarjeta, después del tiempo de espera que toque, según el día y la suerte. En Italia, país donde desde luego la eficiencia brilla por su ausencia, todos estos trámites se hacen en una mañana, al cabo de la cual uno puede volver al trabajo contento con su documento.-