Borrell anticipó su decisión a Almunia, Ciscar, Rubalcaba y Eguiagaray

Los argumentos del secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, no sirvieron para que José Borrell desistiera de su decisión de abandonar la candidatura a la Presidencia del Gobierno. A primera hora de la mañana de ayer Borrell se reunió en un despacho de la sede federal del PSOE en Madrid con Almunia, con el secretario de Organización, Ciprià Ciscar, con el portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba, y con el responsable de Economía, Juan Manuel Eguiagaray.Ya sabían de qué se trataba porque durante la madrugada Borrell prácticamente lo dio por seguro ante Pérez Rubalcaba. El hasta ayer candidato expuso ante sus compañeros el dato de que su exesposa había hecho una inversión de un millón de pesetas en el fondo impulsado por José María Huguet y la legalidad de la operación. Al menos Almunia ya conocía ese hecho desde hacía unos días. Borrell estimó que su permanencia en el puesto iba a resultar contraproducente para la campaña de los candidatos municipales, autonómicos y europeos porque el asunto de Huguet y De Aguiar iba a estar presente en las próximas semanas, relacionándolo, además, de manera impropia con el nombre de su ex mujer. A partir de ahí todos, y en particular Almunia, intentaron convencerle para que se mantuviera en su puesto dándole todo tipo de garantías de que tenía el apoyo total y sin fisuras de la dirección. Borrell insistió en que resultaría inútil y volvió una y otra vez al argumento de que no quería perjudicar a sus compañeros. El hasta ayer candidato tan sólo apuntó la posibilidad de posponer el anuncio 24 horas. Pero esa no era la solución que los demás querían por lo que terminaron aceptando su decisión al comprobar que era irrevocable. Los interlocutores consultados reconocen que en los últimos tres días José Borrell había dejado ver la posibilidad de dimitir. Pero todos interpretaron que si llegaba a hacerlo sería después de las elecciones del 13 de junio. Nada más terminar su reunión, Borrell telefoneó a Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Manuel Chaves y José Bono para que supieran que iba a comunicar su renuncia. Los barones acogieron la decisión con sentimiento y le colmaron de palabras de afecto.