Lucas pide atención a la extensión territorial en el reparto de impuestos

Juan José Lucas, presidente de la Junta de Castilla-León, recordó ayer que la dispersión de los ciudadanos en los territorios extensos debe ser atendida a la hora de distribuir los fondos estatales entre los gobiernos regionales. Lucas, que dictó una conferencia en Valencia sobre Las regiones como nuevos agentes europeos, comentó que "no se gobierna en exclusiva para los ciudadanos" y que es imprescindible considerar el coste añadido que supone ofrecer servicios a núcleos de población aislados. Lucas fue el primer presidente autonómico del PP que alzó la voz en contra del modelo de financiación autonómica planteado por Eduardo Zaplana hace dos semanas, que apuesta por la cesión de la gestión de un mayor porcentaje del IRPF y de diversos impuestos especiales a los gobiernos regionales. En su día, Lucas calificó la iniciativa de Zaplana como "prematura". Ayer, más conciliador, sugirió que la iniciativa es "buena", que se debe "profundizar" en el modelo actual y que es razonable "enriquecerlo" con la cesión de nuevos impuestos a los gobiernos autonómicos. Pero, como presidente de una región que cuadriplica la extensión del territorio de la Comunidad Valenciana pero que suma poco más de la mitad de habitantes, insistió en la necesidad de considerar en la cuota de solidaridad que propugna Zaplana un factor de correción para paliar los costes de la desagregación de la población. "No es lo mismo ofrecer servicios en una ciudad de dos millones y medio de habitantes que en un territorio tan extenso como Castilla-León", resumió gráficamente. En su conferencia, Lucas apostó por afianzar en Europa la voz de las comunidades autónomas de acuerdo con cuatro criterios esenciales: el respeto a los grupos humanos y su diversidad cultural y peculiaridades lingüísticas; asegurar la difusión general del principio de subsidiariedad, que sostiene que los servicios deben ofrecerlos las admnistraciones más próximas a los ciudadanos; establecer mecanismos de representación de las regiones en la Unión Europea pero siempre a través de los cauces propios del Estado; y apostar por una principio de "participación evolutiva" para que las regiones puedan matizar de forma creciente las decisiones que les afectan.