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"Graves y de difícil reparación"

El informe pericial que evalúa los daños al marjal de Pego constituye un auténtico catálogo de agresiones eficaces para destruir humedales. Así, entre las alteraciones mencionadas se describe el ensanchamiento de caminos, hasta cuatro veces sus dimensiones, "mediante el vertido de escombros, piedras y tierra que han enterrado y destruido totalmente la vegetación natural", que el experto califica de "elevado interés conservacionista". Y se relata los efectos de la "indiscriminada extracción de aguas mediante la utilización de bombas instaladas por el Ayuntamiento de Pego" y de los procesos de aterramiento acometidos, dos actividades que han producido un "grave proceso de alteración medioambiental, con pérdida de importantes comunidades vegetales y de su fauna acompañante". Los efectos son claros: "Esta actuación, unida a la construcción de diques, desviación de cursos de agua o bien destrucción de los cauces existentes, ha tenido como consecuencia la eliminación de la vegetación preexistente en los mismos, habiéndose asimismo elevado artificialmente las paredes de dichos cauces, que se han convertido en ocasiones en canales biológicamente muertos". Y la reparación es harto espinosa: "Todo ello (...) ha incidido de forma muy negativa, y en ocasiones con consecuencias graves y de difícil reparación, a grandes extensiones del marjal".

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