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Separados unidos

La unión hace la fuerza y los separados lo saben mejor que nadie. Por eso, las seis asociaciones que aglomeran a este colectivo en la comunidad -en todas las provincias excepto en Huelva y Almería- decidieron ayer agruparse bajo un nombre común: Plataforma Andaluza de Separados y Separadas. Pero además de las siglas comparten algo más: la reivindicación a los ayuntamientos de que creen gabinetes de mediación entre las parejas y la exigencia a la Junta de la puesta en marcha de un instituto de la familia. "Con todos nuestros respetos el Instituto Andaluz de la Mujer se ha quedado cojo y hace una política muy sesgada", asegura Francisco Vega, presidente de la asociación malagueña Canaletas. Lo dice porque la separación es cosa de dos. "Ni siempre es el hombre el malo, ni siempre la mujer es la buena". Para los ayuntamientos también tienen trabajo. "Las personas necesitan asesoramiento técnico antes de que se produzca la ruptura, bien para llevar a cabo su separación, bien para superar una crisis puntual". La primera tarea que se ha propuesto la plataforma es la de realizar un estudio sobre la problemática de los separados en Andalucía. Eso, aunque todos la conocen de sobra. El primer problema es el económico. "Hay mucha gente que se sigue soportando por este motivo a pesar de que no se aman", dice Vega. El segundo, el judicial. "Los juzgados son muy lentos. Además las separaciones se tramitan como rosquillas, como si se estuviera realizando el peritaje de un coche". Por último está el psicológico. "En el 95% de los casos se producen sentimientos de culpabilidad y falta de autoestima con independencia de quien dé el primer paso". "La separación es un mal trago para todo el mundo", comenta Lola Ropero, una mujer de 48 años que lleva 12 separada. "Lo que intentamos es que los que vienen derrotados se den cuenta de que no se acaba el mundo y de que es sólo el comienzo de un nuevo ciclo". Para ello, además de prestarles asesoramiento psicológico y jurídico se les da "un soporte lúdico". "La persona que se queda sola, se encuentra muy desfasada y la verdad es que le cuesta integrase", comenta esta mujer que prefiere hablar en general. Todos ponen el énfasis en que la agrupación sea mixta. "Los problemas los tienen tanto los hombres como las mujeres", dice Ropero. Además, en su opinión, es útil para ambos bandos. "Las mujeres hacemos entender a los hombres que tienen que pagar la pensión y los hombres nos hacen comprender que no podemos emplear a los niños como arma arrojadiza". Y Vega le da la razón: "Hay que evitar cualquier planteamiento de enfrentamiento. Las asociaciones no mixtas son un caldo de cultivo para antagonismos que no van a ningún sitio". María Luisa Olivar, la actual presidenta de la Federación Española de Asociaciones Mixtas de Separados, conoce bien a sus 60 años lo que se puede encontrar en una de estas agrupaciones. "Después de 29 años de matrimonio y cinco hijos, mi separación fue un desastre total y entendí que tenía que recibir ayuda de algún sitio". Y eso es lo que hizo. No es nada especial al fin y al cabo, "la ruptura es siempre muy trágica porque significa terminar con una vida anterior que es la que te parecía la mejor". Hoy tiene una idea muy diferente y se prepara, si es que cuaja la propuesta que la plataforma quiere sacar adelante, para el día de los separados. "A mi me dieron la libertad y no la quería, pero ahora que la tengo no la quiero perder", dice.

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