_
_
_
_

Romero, el héroe

Un triple agónico da el triunfo al Caja San Fernando sobre el Madrid

Turner se apropió de la pelota, como tantas otras veces, dispuesto a jugarse en solitario la acción final, a cargar sobre sus espaldas el desenlace de un partido. Por ahí, todo normal, lo que siempre ocurre cuando el Caja San Fernando llega vivo a los últimos segundos. El Madrid ganaba 64-62 y sólo quedaba tiempo para una jugada. Lo que no estaba previsto, lo que resultaba imposible imaginar, es que el base estadounidense dejara a última hora en otras manos el destino de la reunión. ¡Y en qué manos! Las de Juan Ignacio Romero, a la postre el héroe inesperado de la velada: clavado más allá de la línea de 6,25, pese a los nervios que pronosticaban sus años, Romero, ex madridista, aceptó el reto. Y desmintiendo la imprecisión que insinuaban sus 212 centímetros de altura encestó. Ganó el Caja.Romero llegó a la cancha que le vio crecer con ganas de armar ruido. Ya lo avanzó en la última acción de la primera mitad, que cerró con otro triple lejano y certero que puso al Caja con una ventaja al descanso de cinco puntos (33-38), la mayor brecha del partido tanto en una dirección u otra dirección.

REAL MADRID 64 -CAJA S

FERNANDO 65Real Madrid: Angulo (12), Struelens (19), Beard (19), Lasa (1), Victoriano (3), Santos, Herreros (8), Luyk y Martin (2). Caja San Fernando: Odriozola (5), Schutte, Kornegay (16), Turner (11), Díez, Bosch (7), Fernández (8), Romero (14) y Smith (4). Árbitros: Fajardo, Amorós, Hierrezuelo. Ningún eliminado por cinco personales. 1.500 espectadores en el Pabellón Raimundo Saporta de Madrid. Semifinales de la Liga ACB, al mejor de cinco partidos. Primer encuentro. El próximo choque se juega el domingo en Madrid.

Porque la cita navegó siempre en términos de igualdad. Con el marcador muy apretado y una ligera sensación de superioridad visitante. El Caja acertó a meter en problemas al Madrid. Nunca consiguió despegarse, pero gobernó el tanteador durante más minutos que su adversario. Sus mayores virtudes se concentraron en el apartado defensivo, donde se empleó con agresividad, velocidad y atención extrema.

Kornegay, en una sesión heroica y emocionante, siempre renqueante por los efectos de una aparatosa caída tras un choque con Struelens, plantó batalla bajo el tablero. Tanoka Beard puso cara de intratable (13 rebotes y 19 puntos), pero Kornegay llegó a arrebatarle ocho capturas (el Caja se llevó 33 rebotes, por 31 el Madrid) y, además, terminó como el máximo encestador de su equipo (16 puntos).

Romero fue el héroe y Kornegay, el guerrero más bravo, pero el jefe fue Turner. No anduvo tan sobrado como otras veces en el papel de encestador, rebajó de forma considerable su proporción de puntos (concluyó con 11, la mitad de los que acostumbra a dejar), pero puso a jugar a los suyos con una dirección estelar. Se hinchó a repartir asistencias (13), a marcar el ritmo de la contienda, a desquiciar progresivamente a cuanto guardián Luyk le puso encima.

El Madrid sufrió. Nunca permitió que el Caja se fugase en el marcador, pero le costó meterse en el partido. Sólo logró sentirse a gusto a ratos, coincidiendo en todos con momentos de inspiración de Victoriano o Lasa. Pero nunca le cogió el vuelo al partido. Especialmente Herreros, quien, muy vigilado, se fue al descanso sin puntos y terminó la reunión sólo con ocho. La excelente defensa del Caja provocó que el Madrid se precipitara en sus ataques, que todos terminaran en posiciones de tiro poco recomendables.

Tuvo también su momento el equipo de Luyk para llevarse el primer punto de la semifinal.Se le vio más entero en la segunda mitad, fase en la que era el Caja el que parecía que sobrevivía. Sobre todo desde el momento en el que el Madrid, después de muchos minutos, consiguió ponerse por delante (53-52).

El último tramo, el decisivo, conservó la igualdad hasta el último suspiro. El Madrid acariciaba la victoria, o eso creía. Ganaba por dos puntos y no quedaba tiempo para nada ni nadie. Si acaso para un Turner muy vigilado. Fue entonces cuando al estadounidense se le ocurrió mirar a su derecha: allí estaba Romero, que asumió la responsabilidad y encestó un triple.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_