Políticos para el futuro
La primavera viene electoral. A muchos les parece agobiante. Personalmente lo celebro. Creo en la democracia y sus fiestas electorales. Y desconfío de quienes les ponen pegas porque suelen ser ciudadanos en estado de permanente cabreo que acusan a los políticos de todo lo malo de este mundo, como si los políticos nacieran en el infierno y el resto de los ciudadanos en un cielo perfecto y decente como ninguno. No me gustan esos que, por ejemplo, consienten pagar al médico sin factura para ahorrarse ellos unas pesetas y el médico declarar a Hacienda, con lo que los dos en ese concreto momento están cometiendo un delito contra la Hacienda pública y acaso inmediatamente después, mientras se despiden, hablen de la corrupción de los políticos. No me gustan los que desprecian e insultan a los políticos con esa aseveración hortera y antidemocrática de "todos los políticos son iguales", que ya se sabe que quiere decir que son todos unos mantas o cosas peores. No me gustan, pero aquí me tienen temblando ante una nueva campaña electoral, en la que hasta ahora, y por lo expuesto por todos y cada uno de los candidatos, no ha habido ni una sola propuesta, ni una sola idea, que me haya hecho saltar de la silla y correr a comentarla, a celebrarla y a hacer campaña entre mis amigos. Estoy algo deprimida y sin embargo no rendida. Aún espero el milagro, todavía a pesar de todo espero que los candidatos y sus partidos y sus equipos electorales entiendan que las ciudades y pueblos andaluces necesitan políticos dispuestos al riesgo con ideas modernas, diferentes, sólidas. Andalucía, celebrada en ferias y fiestas, está necesitando urgentemente ser admirada por su capacidad de hacer convivir tradición y futuro, con menos cartel de lugar festivo, que lo es y está bien, pero que en muchos casos sigue haciendo de losa. Necesita más sentido del riesgo por parte de sus políticos para entrar en el siglo XXI con el reto asumido de la modernización real de una sociedad que, aunque todos parezcan creerlo, no necesita más piropos sino estímulos para crear futuro. Los candidatos del partido que sepa eso y asuma el riesgo serán los políticos que necesitamos para hacer el futuro.
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