_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Natural

DE PASADA"Ella es así y así será siempre porque le sale de dentro". En un programa de Canal Málaga exalta la naturalidad de su alcaldesa la concejal Mariví Romero. Sentadas en una mesa camilla, ronca la concejal de tan entregada a su labor, habla con la periodista del éxito de la Semana del Mayor de Málaga, una iniciativa del Área de Asuntos Sociales. Los ancianos -ya ni ancianos, ni viejos ni tercera edad, sino mayores- disfrutaron tela, dice el programa. Pues ese disfrute, aclara la Romero, es cosa de Celia Villalobos, que tan pronto abre un túnel, como refinancia una deuda, limpia una acera y levanta veinte, pone a los viejos a pasar modelos o se fotografía de camarera del McDonald para ponerle un BigMac a Francisco Puche en la portada del periódico Sur. Ella es tan así que le sale de dentro. El dentro de Villalobos es profundo y variado. En la entrega de los premios de arquitectura del Colegio de Arquitectos también dio muestras de entusiasmo natural. No llegó a lo de Megino y Núñez con lo de Almería, pero tampoco captó el pildorazo que tenían los galardones. Es cierto que le habían caído varios al Ayuntamiento, pero no lo es menos que a sus edificios y obras emblemáticas lo más que le han caído han sido silencios o menciones de consuelo. Y lo más fuerte: el premio a la restauración de las cubiertas de la catedral, promovido por la empresa municipal Promálaga, era justo el proyecto contrario al que defendieron durante meses Villalobos y su equipo de arquitectos, que querían ponerle un tejado a dos aguas a la seo. Al final, Villalobos ha pagado para que los arquitectos y las tesis de la Consejería de Cultura -tapar las fisuras- se lleven el tejado al agua. En su campechanía la alcaldesa no tiene rival. Una anécdota añeja: es capaz de utilizar una expresión chabacana y popular delante de Manuel Pezzi, quien imaginando los votos que semejante naturalidad arrancaría en barrios populares, decide no darle aire al gesto. Y mientras los rivales se encomiendan a la lectura de clásicos del pensamiento tipo "los partidos duran noventa minutos", ella, de puro natural, escoge a un moroso fiscal -maldita sea: un tipo como Alejandro Bengio nos hubiera condonado las deudas- para regir la fiscalidad de todos. Luego va la prensa y lo saca, con lo bien que sumaba el hombre. Que sí, Celia Villalobos, que somos unos siesos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_