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Indulto para dos "presuntos inocentes"

El fiscal pide la libertad para dos marroquíes que fueron víctimas de un error judicial y llevan 8 años en prisión

Uno de los argumentos más utilizados por los tribunales de justicia para dictar una absolución es el principio de in dubio pro reo (la duda beneficia al acusado). Ayer, sin embargo, el que hizo uso de ese argumento jurídico fue el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, José María Mena, quien firmó una petición en la que reclama del Gobierno que indulte a dos emigrantes marroquíes que permanecen en prisión desde 1991 y están condenados en sentencia firme a más de un siglo de cárcel cada uno.La fiscalía, explicó Mena, tiene "serias dudas" de que Abderrazak Mounib y Ahmed Tommouch cometiesen los delitos de robo, violación y detención ilegal por los que han sido condenados en varias causas durante los últimos años por las audiencias provinciales de Tarragona y Barcelona.

Sin embargo, lo más sorprendente de la historia es que estos mismos ciudadanos marroquíes ya fueron absueltos el 24 de mayo de 1997 por el Tribunal Supremo de idénticos delitos. La Sección Quinta de la Audiencia de Barcelona condenó a cada uno a 51 años y 2 días de prisión y la sentencia adquirió firmeza. Sin embargo, en 1996 la perseverancia de sus abogados, Xavier Castellvell y Jordi Claret, y la colaboración de la Guardia Civil permitió que se analizase un trapo con restos de semen encontrado en el vehículo en el que fueron detenidos.

Cinco años antes, la técnica para realizar esa misma prueba no estaba tan desarrollada y los resultados no eran fiables.

El avance de la ciencia permitió que los abogados presentasen un recurso de revisión ante el mismo Tribunal Supremo y el ADN demostró que el semen pertenecía al ciudadano español Antonio García Carbonell, que actualmente cumple 228 años de cárcel por robar y violar a cinco parejas en 1995 en el área metropolitana de Barcelona. De esta manera, los dos marroquíes fueron absueltos de esa causa, por la que todavía se ha de juzgar a García Carbonell, pero siguieron en prisión por otras condenas.

La Audiencia de Tarragona, por ejemplo, condenó a ambos el 7 de enero de 1995 a sendas penas que suman 84 años de prisión por dos delitos de robo con violación y empleo de armas, otro de violación, dos más de detención ilegal y siete faltas de lesiones. Del mismo modo, la Sección Quinta de la Audiencia de Barcelona impuso otros 17 años por violación a Mounib, mientras que Tommouch fue condenado por otros tribunales por dos violaciones más. En todos los procesos, los dos marroquíes siempre negaron los hechos y reclamaron que son inocentes.

Si la justicia se equivocó una vez y se pudo demostrar científicamente, ¿por qué no puede haber ocurrido en el resto de las causas? Eso es lo que vino a decir ayer Mena, quien aseguró: "Nos queda la duda en conciencia". El fiscal jefe de Cataluña recordó que García Carbonell tiene un sorprendente parecido físico con Tommouch y por eso fue reconocido como el autor de las agresiones sexuales por todas las víctimas. García Carbonell, además, actuaba en compañía de otra persona, en paradero desconocido, de forma muy parecida al modus operandi del que se acusaba a los dos marroquíes: acudían a los descampados frecuentados por parejas, en un radio de 100 kilómetros alrededor de Barcelona, les robaban a punta de navaja o amenazándoles con un bate de béisbol y posteriormente violaban a la chica.

La duda de conciencia expresada ayer por José María Mena no basta para revisar las sentencias firmes por las que están condenados los dos marroquíes y de ahí la petición de indulto al Gobierno, una iniciativa que tardará más de un año en resolverse y que no satisface a las defensas.

Xavier Castellvell, abogado de Aderrazak Mounib, recordó que han pasado ya casi dos años desde que se demostró el error judicial y les absolvió el Tribunal Supremo. "Si la fiscalía duda es porque puede sospechar de la existencia de nuevas pruebas o indicios y, si eso es así, aparte de pedir el indulto, debería iniciar una investigación para aclarar esas dudas", explicó Xavier Castellvell.

Tras ser absuelto por el Tribunal Supremo, Mounib declaró a EL PAÍS el 15 de junio de 1997: "El indulto es un perdón para un culpable, pero yo soy inocente". Su abogado, de oficio, acudirá hoy a la cárcel para visitarlo de nuevo.

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