El Estudiantes sigue de pie
El equipo madrileño supera al Tau Vitoria gracias a su esfuerzo reboteador
El Estudiantes sigue de pie y con ventaja. Superó al Tau Vitoria en un alarde de entusiasmo reboteador. No fue, naturalmente, un partido ortodoxo de su parte. No podía serlo ante un equipo tan equilibrado.Si alguna cualidad distingue al equipo de Vitoria es que tiene un poco de todo y lo usa con cabeza. Si algo le molesta especialmente al aguerrido grupo estudiantil es precisamente eso, que su rival no esté dispuesto a perder los papeles, a dejarse arrastrar por la marea, cuando los chicos del Ramiro meten la quinta velocidad. Estudiantes y Tau se parecen en muy poco, tanto que cualquier partido es útil para ver el contraste, pero, puestos a jugarse quién se va de vacaciones y quien sigue en la batalla, lo cierto es que el equipo de Vitoria tenía algunos argumentos más a su favor. Y no sólo la supuesta ventaja de campo. Así que, dada la lectura del choque, el Estudiantes buscó llevar las cosas por el lado emocional. Empezó con ganas de embestir, tomó una ligera delantera, y hasta se permitió el lujo de hacer anotar a todos los componentes de su quinteto inicial: los diez primeros tantos significaban un igualitario reparto de canastas entre los cinco jugadores. Detalle al margen, el Estudiantes puso en juego su tradicional entusiasmo para atrapar rebotes, de la manera que fuese, por cualquier medio, ortodoxo o de nuevo cuño. A todo esto, el Tau no pareció impresionarse. Y se puso a la tarea.
ESTUDIANTES 80
TAU VITORIA 73Estudiantes: Azofra (10), Jiménez (11), Washington (7), Reyes (7), Vandiver (15) -cinco inicial- De Miguel (4), Bárcenas (11) y Gonzalo Martínez (15). Tau Vitoria: Bennett (15), Espil (12), Beric (23), Bonner (9), Rusconi (2) -cinco inicial-, Garbajosa (2), Millera (6), Winters (2) y Lucio Angulo (2). Árbitros: Betancor, Alzuria y García Ortiz. Unos 7.500 espectadores en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Tercer partido, al mejor de cinco, de la fase final de la Liga ACB. Estudiantes gana por 2-1. El cuarto partido se jugará el próximo domingo en Madrid.
La tarea es muy sencilla. Como tiene un poco de todo, va buscando un resquicio por donde meterse. Tiene tiradores que prueban fortuna, tiene fuerza en el juego interior, tiene bases, tiene banquillo, tiene paciencia. Se puso en zona, llegó a colocar juntos a Bennet y Millera, fue haciendo las rotaciones suficientes como para que el ritmo del partido terminara echando el freno y el Estudiantes entrara en terreno pantanoso. El remate final en este primer periodo llegó en la última canasta, cuando Espil logró cuatro tantos en la misma acción y puso por vez primera a su equipo por delante en el marcador (27-29), justo en el descanso.
La dificultad era evidente. la empresa, complicada. Si al Estudiantes le gusta hacer sufrir, al Tau no le importa moverse en la adversidad, pero puestos a moverse en un partido táctico, los de Vitoria tenían todas las de ganar.
Así lo parecía hasta que el Estudiantes se armó de valor y atacó la canasta por cualquier medio. Lo hizo sin tiradores de garantías (Washington no lo es, desde luego, aunque sea útil para echar una mano en las rotaciones). No le importó hacer malos porcentajes, no se desmoralizó al fallar triple tras triple. Ahí estaba Reyes, De Miguel, Vandiver (que parece criado en la cantera del Ramiro), ahí estaban todos bajo la canasta dispuestos a enmendar la plana. El Estudiantes disfrutó de una racha de rebotes ofensivos digna de tenerse en cuenta, racha que le permitió anotar, en ocasiones, al tercer intento. En esas circunstancias, el Tau no llegó a perder los papeles (cualquiera los habría perdido por pura desesperación). Sobrevivió con Beric en estado de gracia a la espera de su oportunidad.
Pero esa oportunidad no llegó. Y no llegó porque entró en acción el pequeño Gonzalo Martínez, que le dio al equipo la dosis de juego necesaria para no vivir en estado de máxima ansiedad tanto tiempo. Gonzalo, que se está especializando en gestionar momentos difíciles, se hizo con el mando del partido, seleccionó sus tiros, sus penetraciones a canasta y logró que el Estudiantes lograra llegar al trance final con una reserva de tantos algo más tranquilizadora (66-56, a falta de 3.40). Gonzalo, además, firmó su actuación con una administración admirable de esta ventaja. Le dio el temple necesario a su equipo en el momento justo.Ello le permitió al Estudiantes llegar tranquilo al último minuto, no verse expuesto a un tipo de juego donde el Tau parece ser un especialista. El Tau no perdió los papeles, cierto es, pero sí las riendas del encuentro.
La eliminatoria sigue igualada, a pesar de la ventaja estudiantil. El contraste es un hecho. El Tau no da la sensación de haber perdido la paciencia...todavía.
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