Famosos en el negocio

Las compañías independientes más veteranas, y de las que ya se hablaba cuando el fenómeno crecía, se mantienen atentas y vigilando su propia cantera. Ahí están Siesta, Elefant, Munster, Boa, AR (la que ha llevado al éxito a Camela), Quality, Mil A Gritos, Siroco, Yo Gano o Animal Records, por no hablar de Rock Indiana, Por Caridad Producciones o Nuevos Medios, una de las más antiguas y afianzadas. A ellas se añaden las que en los últimos años han fundado personajes famosos como medio de inversión: Miguel Bosé ha creado No More Discos y edita los trabajos de Chonchi Heredia, Athanai y Sindicato del Crimen; Pepe Barroso (el creador de Don Algodón) ha hecho lo propio con Pep's Records y ha llevado a la fama a Malú, y lo intenta ahora con la sevillana Consuelo y el veterano Noel Soto. Manolo Calderón, locutor del programa de rock El Paso, que se emite los sábados en Onda Madrid, ha fundado junto a Germán Burgos una compañía con el nombre del programa para editar a The Positives, el grupo donde milita Fernando Pardo, ex miembro de los legendarios Sex Museum. El ex futbolista y abogado Sebastián Losada, que jugó en los dos equipos importantes de la capital y mantuvo un affaire sonado con Jesús Gil, se ha asociado con Paco Martín, actual director artístico de BMG Ariola y fundador en los ochenta de la indie Twins (de la que salió Hombres G) en Rompeolas, que ha editado el disco de The Bolivians y la recopilación doble histórica de El Aviador Dro.

El hecho de que las grabaciones de los artistas de sellos indies resulten más baratas que las de los de multinacionales no parece que afecte al resultado final. Scola, de la compañía Tábata, opina en este sentido que "tanto unas como otras tienen la misma calidad". "A nosotros nos salen más baratas porque miramos más el presupuesto, aquilatamos más y no se pierde el dinero en intermediarios. A cambio, como al disco lo consideramos como un hijo, se nota que la foto, el libreto, las letras, el diseño... están tratados con cariño", dice Scola.

Las compañías independientes no han sabido organizarse en común, algo que se aventuraba como posible hace un lustro. Un intento frustrado para unir fuerzas fue ACIDO (Asociación de Compañías Independientes Discográficas Organizadas), que seguía el ejemplo de DIBA (Discográficas Independientes de Barcelona Asociadas) y que surgió como alternativa a AFYVE (Asociación Fonográfica y Videográfica Española), donde se aglutinan las grandes multinacionales.

DIBA aún funciona, pero ACIDO, donde estaban las madrileñas Subterfuge, Siesta, Elefant, Yo Gano y la zaragozana Grabaciones en el Mar, sólo sobrevivió al verano del 97.

Como siempre, de lo que no es tan fácil hablar es del futuro. La música por Internet, la piratería doméstica, la crisis de creación, los vaivenes de la economía o cualquier otro factor afectan tanto a la industria independiente como a la convencional. Al menos las independientes han conseguido peso específico para afrontar el futuro. "El triunfo de Dover", comenta Carlos Galán, de Subterfuge, "sirvió para que se comprobara que las independientes también sabemos hacer nuestro trabajo. Hasta entonces sólo nos daban palmaditas en la espalda y nos animaban a seguir, pero nunca creyeron que fuéramos capaces de llegar a tanto". Lo que sí es cierto es que ahora parece, quizá por la variedad de estilos, que se vive uno de los mejores momentos para la música, tanto por cantidad de artistas y sellos y de medios con que se les apoya como por el aumento de actuaciones y grandes festivales. "La música está otra vez de moda", afirma Alfonso, de Siroco Records, "y es que ahora vuelve a notarse el cambio generacional. Y no sólo en la música. La literatura, el cine, el arte o el diseño más interesante está en manos de los jóvenes".