SARAMAGO, LOS COLONIZADORES Y DIOS

Cuanto más insiste José Saramago en afirmar que no cree en ningún Dios, más sus lectores se emperran en hacerle preguntas sobre la religión. Le ocurrió también en Río de Janeiro, en el encuentro con sus lectores en el Centro Cultural del Banco de Brasil, uno de los más íntimos y densos de los celebrados estos días en los que el Nobel portugués de Literatura ha estado omnipresente, siempre de la mano de su mujer Pilar del Río. Un lector le pregunta si "uno que no cree en Dios puede ser bueno". Saramago le responde con otra pregunta: "¿Cree usted que uno que cree en Dios puede ser malo?". Una lectora le acosa: "¿No se siente bendecido por Dios ante tantos éxitos?". Y el Nobel responde: "Yo no sé, señora, a quiénes Dios bendice, lo que sí sé es a quiénes no bendice. Esos están ahí ante los ojos de todos". A Saramago le han recordado, en vísperas de los 500 años del descubrimiento de Brasil, que los portugueses fueron colonizadores crueles. Saramago les responde con una advertencia: "Preocúpense más bien de quienes le están colonizando hoy, que eso les toca mucho más de cerca", refiriéndose al gran influjo norteamericano en Brasil.- ,